Porque el pueblo encontró su dignidad y empezó a soñar, con la ilusión cercana de que su realización era posible.
Soy peronista porque nuestro movimiento se nutre de la esencia misma del pueblo, de sus valores, de sus sentimientos. Porque es la fe popular puesta en marcha.
Soy peronista porque sueño con la patria de los humildes. Porque comparto con el pueblo mi vida. Porque sufro sus dolores y vivo sus alegrías. Porque comparto el pan y alimento sus esperanzas.Porque un hombre y una mujer cumplieron sus sueños, y no lo olvido.
Este peronismo mío, atemporal para algunos, se despertó en los libros y se formo en la lucha, en el camino junto al pueblo, a los trabajadores, a los humildes, a la patria.
Se forjó en la dureza de las causas justas y se templo en el fuego de la esperanza.Y comprendí que ese General no era un mero político de circunstancia, sino que era el mayor intérprete de la voluntad del pueblo Argentino, y su movimiento paso a paso lo confirmaba.
Soy peronista porque lucho por los más desprotegidos sin la vanidad de querer imponerle o enseñarle nada, sino sentándome a su lado y escuchándolo, porque de seguro es ahí, compartiendo un mate o un asado, donde nos consustanciamos con nuestra propia identidad, con lo que nos hace argentinos, con lo que nos hace pueblo.
No pretendo ser un teórico del peronismo o un intelectual como muchos a lo largo de estos años han pretendido. Me conformo con ser un humilde intérprete de Perón, de Evita, del pueblo. Si he de alcanzar una virtud en esta vida, que sea esa, la de ser capaz de comprender y compartir honrada y humildemente, la dignidad del pueblo.
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