En ese contexto, de tierra que se levantaba del piso porque el propietario se había olvidado de regar el piso, el calor del "veranito de agosto" comenzaron una larga discusión.
Es que el Pirincho no puede entender las uniones políticas que se están dando en nuestra ciudad.
El gaucho matero dice que juntar soda y vino, aunque es un pecado capital al paladar es una cosa, pero tratar de mezclar agua de Polimandi con aceite Patito es otra.
El Pirincho dice que con algunos candidatos que mas que curriculum tienen expedientes judiciales, en su cabeza fantasiosa se representa idílicamente que primero le daría un garrotazo en la cabeza y luego negociaría a que médico llamar y como trasladarlo al nosocomio, sin querer vulnerar la paz de los comicios.
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