Si uno pone atención a la piramide poblacional colonense se dará cuenta que existe para las mujeres (en cualquier edad) dificultades en conseguir pareja. El problema se acentua después de los sesenta años de edad.
Las características biológicas de la especie humana crean unas ligeras diferencias en cuanto a la población según el sexo y a la variación de dichas diferencias a través de las distintas edades:Nacen más varones que mujeres. La regla se cumple en nuestra ciudad. Este hecho es general y se puede ver en los datos demográficos de cualquier país del mundo.
Sin embargo, la diferencia es relativamente pequeña (menos del 2 %, aproximadamente) aunque consistente. Como resultado de este hecho, las barras de la base en una pirámide de edades son siempre mayores en la población masculina (salvo en poblaciones muy reducidas en casos muy especiales).
La mortalidad masculina siempre es menor que la infantil en todas las edades, especialmente en los primeros tiempos de vida, tanto en lo que respecta a la mortalidad neonatal como a la infantil (menores de un año de edad).
Como consecuencia de ello, en una pirámide de edades y sexo de un país con poca incidencia de las migraciones, la amplitud de las barras tiende a hacerse similar a medida que ascendemos con las edades llegando a un momento a partir del cual comienzan a ser más amplias las barras de la población femenina.
La esperanza de vida siempre es mayor en las mujeres en varios años, dependiendo en gran parte del nivel de desarrollo socio-económico del país. Esta característica de la especie humana explica en su mayor parte la gran diferencia existente entre las edades más avanzadas que se ha indicado arriba.
Es por eso que en Colón la edad donde practicamente están en igualdad de oportunidades es entre los 50 y 55 años. Con menos edad es fácil conseguir pareja para las mujeres jóvenes y adolescentes. Luego se complica la situación.
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