Es que el gaucho matero ama la democracia y allá por 1983 se afilió a varios partidos entre los que se encontraba el Partido Intransigente, Justicialista, Democracia Cristiana, Radicales, Comunistas, Socialistas y otras yerbas. La verdad es que los carnets de afiliación no le sirven de mucho.
La mayoría de los partidos desaparecieron y otros están por extinguirse por obra y gracia de sus dirigentes que supieron ir acomodándose en el tiempo y de aquellas choriceadas con vino tinto, más espeso que la leche chocolatada y que eran monumentales y donde a los afiliados les quedaba el olor a humo en la piel por una semana, y con solo olfaterlos se sabía de que partido erán y que carniceros había fabricados los chorizos.
Todo cambió en el presente los dirigentes pasaron a desayunos de trabajo y a conferencias de prensa con cafe instantáneo y galletitas de agua. Más que cambio político parece que estuviera Cormillot en el asesoramiento de los candidatos. Pero lo importante es que gane la democracia dijo el "desparra- mao" y pone como ocho boletas en el mismo sobre.
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