"El proyecto indica que se prohíbe la aplicación aérea en el área complementaria (zona que circunda a una región urbana) definida por el municipio y, en caso de que no exista, se prohíben los primeros dos kilómetros del área rural contados a partir del límite del área urbana", marcó Arrieta.
El funcionario señaló que para usar agroquímicos de forma terrestre en áreas definidas como complementarias y en los primeros 500 metros desde un área urbana se deberá cumplir con ciertas pautas de cuidado ambiental y con la supervisión de un ingeniero agrónomo. Si bien el proyecto cuenta con el visto bueno de los agricultores, fuentes del sector dijeron que aún deberá negociarse de qué manera se financiará el incremento de costos que la nueva legislación implicará para la producción de granos.
En Argentina -el tercer exportador mundial de maíz y de porotos de soja- es habitual la aplicación de agroquímicos desde avionetas, lo que puede afectar la salud de pobladores cercanos, que pueden inhalar químicos que quedan en el aire y a veces son luego transportados por el viento. Expertos del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) han advertido que muchos de los pesticidas empleados en las actividades agrícolas en Argentina representan un riesgo para la salud humana, por lo que deben extremarse todas las medidas tendientes a minimizarlo.
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