La reacción fue mirar para afuera. Hay sol, dijimos en voz alta. “Debe ser una bomba de algún hincha”. Esta es una ciudad futbolera. Y creímos que era eso. Pero cuando los teléfonos empezaron a sonar contando la noticia nadie entendía muy bien que pasaba. Mirábamos anonadados las imágenes en la televisión. Era en nuestra ciudad. Era una tragedia. Una compañera vive en el edificio damnificado. Se va en estado de shock. Comienzo a pensar que dos amigas viven cerca de allí, en la manzana. Trato de llamar desesperada. A esta hora los teléfonos estaban colapsados y las paginas de Internet también. La pesadumbre de saber que le pudo pasar algo malo a un ser querido es algo inexplicable de describir.
Pienso en mi hija que estaba en el colegio. Si le dio miedo, si la pudieron contener. Las redes sociales se transformaron entonces en un medio de comunicación. Que paradoja. Tanta tecnología y los bomberos no tenían ni siquiera una escalera automática necesaria para este tipo de siniestros. Un bombero voluntario me confeso “que nunca quisieron invertir en este tipo de maquinaria porque no vale la pena gastar tanta plata si nunca va a pasar nada en Rosario”. Se bajaba gente con sogas, todo valía en los primeros instantes
Conozco a una vecina del edificio. Contó que hicieron reiteradas denuncias a Litoral Gas. Nadie la escuchó. No actuaron. Su reclamo quedo encajonado. Su voz acallada. La burocracia, la falta de controles mataron a estas personasSe construyen tantos edificios que no existe la posibilidad de un control minucioso. Pero bueno… La desgracia nunca había tocado la puerta de la ciudad de Rosario
La intendenta Mónica Fein parecía una figura fantasmal en medio de la escena, dos horas después. Políticos, no hay que ir a ponerla la cara solamente en las inundaciones y desastres. Hay que ser líderes, hay que saber guiar, instruir, acompañar, coordinar.No había nadie que pudiera contener psicológicamente a esta gente que deambula en shock por las calles tras lo vividoNo había un plan de emergencia. Recién luego de las dos de la tarde se comenzó a esbozar el protocolo para estas tragedias y unificarla información en el CEMAR.
Al principio se trasladaban víctimas en taxis, suena increíble no?Tuvo que existir un Cromañon para que se tome conciencia de los peligros en lugares cerrados, tuvo que haber un accidente ferroviario de escala para que se hable del temaEstábamos preparados como ciudad para esta tragedia?. La respuesta es NO. No hay personal experimentado, solo vale el esfuerzo de lo que hicieron los bomberos, la solidaridad de la gente.
Sra Intendenta Mónica Fein, Sr Gobernador Antonio Bonfatti. Basta de impunidad. Hagan los controles y encuentren los culpables de esta tragedia. Que no quede impune. Que no se encarcele al perejil del gasista que estaba trabajando y dejen a la empresa Litoral Gas con las manos manchadas de sangre libre de culpa y cargo. Hoy leí que el gerente de Comunicaciones de la empresa Litoral Gas, José María González, aseguró que no hubo ningún reclamo en los últimos dos días y que no había personal trabajando en el lugar. No se hacen cargo.
A la tardecita llego hasta el lugar. Un olor raro hay en el ambiente. Las caras de las personas están acongojadas. Oroño cambio el paisaje. Parece una zona de guerra. Muchos policías, bomberos, gente solidaria que ayuda recorren la zona. El escuchar remover escombros da escalofríos. Pienso que a metros puede haber gente muerta. La angustia va ganando mi ser. No puedo creer lo que veo. No es real. Es una pesadilla. En una ciudad “normal” como dice nuestro candidato Hermes Binner, no deberían pasar estas cosas. En su ciudad. En nuestra ciudad.
Hoy todos nos solidarizamos con el dolor de las familias afectadas. Hoy como rosarina adoptada siento a mi ciudad triste. Se pudieron haber evitado las muertes. La negligencia de los involucrados y culpables no lo permitieron
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