La velada transcurrió como en el Bar La Milanesa, vaso viene… copa va. Frases vienen, diálogos van. En un momento, de la noche, una pequeña discusión por cuestiones del momento, pero nada grave ni preocupante.
Terminada la velada los sobrinos se retiraron y el tío se quedó un rato más en la vivienda. Al salir de regreso, la cuadra estaba poco iluminada, pero respiró hondo y camino para llegar a su casa ubicada en calle 15. Sin embargo a los pocos metros lo estaban esperando sus dos sobrinos que le propinaron una paliza que lo mandaron al Hospital Municipal con lesiones leves. Cosas de familia.
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