Era la época de las luchas por la liberación, se avanzaba violentamente hacia el futuro. La única manera de terminar con la violencia que históricamente habían padecido los colonizados, los explotados era ejerciendo violencia.
“Cuando un periodista occidental nos interroga, casi nunca es para hacernos un servicio. En la guerra de Argelia, por ejemplo, los reporteros franceses más liberales no han dejado de utilizar epítetos ambiguos, para caracterizar nuestra lucha. Cuando se les reprocha, responden de buena fe que son objetivos. Para el colonizado la objetividad siempre va dirigida contra él.” FF, Los condenados de la Tierra.
En 1983 ese clima había finalizado. Con 30 mil desapariciones forzadas, miles de torturas, violaciones y abusos, la violencia ya no estaba más en nosotros. Raúl Alfonsín contribuyó a la pacificación nacional sin forzar las condiciones económicas, todo lo contrario. La deuda externa y el FMI seguían imponiendo las condiciones y consolidando un poder económico en Grandes Grupos monopólicos transnacionales. A la par crecía el poder y la concentración de los Medios en pocas manos. En la búsqueda de manejar la objetividad contra las mayorías.
Pasarían 30 años de aquel 25 de mayo del 73 para que la línea de sometimiento económico y cultural comenzara a revertirse.
Escandalosamente los gobiernos que siguieron a Alfonsín, sobre la base de la pacificación y el miedo, sometieron al pueblo a los dictados de los Grupos Económicos y Concentrados. Felipe Domingo Cavallo fue un buen gestor de esos procesos de travestismo político y de sometimiento a los dictados de la economía liberal globalizada, vendida como el fin de la historia y concebida como único modelo posible.
Néstor y Cristina, el kirchmerismo con inteligencia, audacia y gestión vino a reivindicar los postulados que no eran patrimonio de los jóvenes setentistas, sino que venían del fondo de la historia en las luchas de descolonización y liberación nacional.
El 25 de mayo de 2013, diez años después Cristina, ante la movilización más grande que un dirigente hoy puede convocar, puntualiza que la patria está preñada de esperanza y pide:
1. Organización, para evitar que los que vienen por la restauración conservadora lo logren.2. Unidad , participación y ayuda para lograr que los no tienen vivienda, los jóvenes que no pueden estudiar, los que sufren adicciones, en suma los que todavía no pudieron alcanzar un buen vivir puedan alcanzarlo.3. Empoderar a la sociedad.4. No dejarnos ganar por el clima de odio que quieren instalar.5. Militemos sin violencia. “Aunque los que van al trabajo y enojados por los que le cortan la calle pidan represión no voy a reprimir.”Miren al mundo, si hasta en Suecia hay crisis económica y brotes de violencia. Mientras los pibes entusiastas se suben al bondi que luego de 15 horas los dejará hasta la Plaza de Mayo, los líderes les piden que no anden solos, que no contesten ninguna agresión, que no respondan con bronca. Que se cuiden colectivamente.
Las columnas son numerosas, con mayorías de jóvenes que van a la Plaza a celebrar. No gritan contra nadie, es una marcha a favor. Pocos sindicatos, poco de los intendentes. Muchos movimientos sociales K con todos los colores en que se expresa la todavía fragmentada militancia. Pero todos en paz, sin agresión, sin bronca.
Lágrimas y alegría. Militancia. En paz pero confrontando con el poder real. Construyendo nuevos conceptos, ideas para ganar muchos años más.
La violencia está en los otros. En la Plaza del 25 de mayo de 2013, no hay violencia.En los Medios hegemónicos mientras tanto se habla de las bóvedas, de una indemostrable ruta del lavado K, de bolsos que van y vienen y a los que conviene pesar antes que abrir. Hablan de “un fin de ciclo, y que el gobierno está pagando el fin de fiesta.” Todo en la misma semana en la que el gobierno inyecta al mercado 17 mil millones de pesos en asignaciones de todo tipo y que los Medios disimulan en sus páginas.
La gente en las calles contradice a los Medios.
Néstor Piccone. Periodista, licenciado en Psicología. Integrante de la Mesa de Coordinación de la Coalición por una Comunicación Democrática.
|