Si la disputa se daba en la universidad, el mejor orador no podía dejar de articular en su relato a Heráclito, Sócrates, Aristóteles, Santo Tomás, Descartes, Espinoza, Hegel, Marx (para nombrar - no más - algunos de los que se utilizaba para fundamentar una posición y defender el comunismo, el socialismo o el mismo peronismo.
En esa época también se discutía sobre el dólar, la inflación, el Estado, el mercado interno, la Patria Grande, el o los imperialismos. Al alcance de la mano estaba la Patria Socialista cuando no la Patria Peronista.
Eso pasó hace mucho tiempo y algunos creemos que esa ebullición política fue lo que vino a silenciar el genocidio cívico-militar perpetrado por la dictadura instalada por las fuerzas del Mercado, la banca extranjera, el FMI y el Banco Mundial.
Mucho de los que se beneficiaron con esa dictadura hoy son los que escriben los textos y en cuentagotas le van dando letra a los opositores políticos y son los que se esconden detrás de los 18A y otras movidas callejeras. Movidas que nunca ponen al servicios de ningún sector político determinado.
Cavallo (Juan) y Magnetto (Héctor), artífices de lo peor de la política vernácula, crecieron política y económicamente al amparo de aquella dictadura. De allí los procesos de desindustrialización, de la enajenación de la economía nacional.
De allí la ley de Radiodifusión, de allí la apropiación de Papel Prensa que prohijaron el mapa mediático que todavía nos rige. De allí los jueces que protegen a quienes expresan el modelo de Mercado que la dictadura vino a imponer, privando a los argentinos de discutir a Perón, Marx, Juan XXIII, Lenín o Trotsky. Privatizando hasta la vida misma de -por entonces- 30 millones de argentinos.
Hoy, los temas que nos preocupan son los mismos. Pero ya no se argumenta desde la historia, desde la filosofía. Hoy son los periodistas y los Medios los que aportan los argumentos para los debates.
Es en la televisión donde obscenamente se encuentran las ideas. Las secuencias se pueden estructurar por temas: para las de este año podemos arrancar, nada más que de memoria, los fondos buitre y la fragata Libertad, sazonado siempre con algo de Ley de Medios y jueces pro. Después vinieron las iniciativas legislativas del Poder Ejecutivo.
Y comenzó el baile de máscaras: Irán, conflicto docente, Malvinas y la terrible inundación, Democratización de la Justicia. Del otro lado subieron la apuesta con el intento de golpe inflacionario y disparada del dólar a lo que el gobierno respondió con la propuesta de recuperar dólares para financiar YPF y reactivar la construcción.
Desde el Proyecto Nacional, no sin errores en la organización y la difusión de las propuestas, el kirchnerismo; del otro, la oposición: Lilita Carrió, Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Bonelli, Lanata, Longobardi, intercambiando roles, jugando en la gran novela mediática del 2013.
Ya se vienen las PASO y entonces a buscar los votos. De un lado la gestión y la militancia (ahora con algunos Medios de prestado); del otro: la aspiración de obtener -aunque más no sea un bolo- en el escenario donde el rating minuto a minuto lo gana el culebrón de los Medios hegemónicos.
Garra y corazón o como se decía en los 70 con tiza y con carbón lo traemos a Perón. En ese tiempo que fue hermoso, con todos los medios en contra pero con las pintadas, los afiches y volantes de la mano de la organización popular se ganaban las elecciones.
En octubre contra todas las encuestas y cada uno con los mejores candidatos que consiga sabremos si con la ficción se supera a la realidad. En un tiempo que también es hermoso.Néstor Piccone. Psicólogo, periodista. Integrante de la Mesa de Coordinación de la Coalición por una Comunicación Democrática.
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