Si se llegara a pensar que lo obvio es la segunda conjetura surgiría un nuevo interrogante: ¿por qué, de ser así, la C.E.C. envía a obtener la firma de los frentistas a una persona a la cual le pagan comisión por cada convenio firmado y que, para hacerse de éstas, utiliza argumentos falsos?
Suponemos que cada persona tiene el derecho de pensar y decidir según sus creencias, opiniones, prioridades, etc.; y para que éstas elecciones sean válidas, deben estar libres de presiones de ningún tipo, ya sean directas o indirectas.
En consecuencia, si la persona antes mencionada manipula y engaña a los que no estaban convencidos de la obra para obtener un nuevo convenio (por ende, también una nueva comisión), estaríamos frente a un fraude. Solo restaría saber si el engaño fue por decisión propia o si tenía instrucciones de operar de esa manera en caso de negativa o duda del frentista.
Cabe aclarar que los primeros responsables de causar esta desorganización fue un pequeño grupo de vecinos que demostraron no tener el debido sentido de responsabilidad necesario para estar al frente de este tipo de proyectos, los cuales requieren, como primer requisito, propio de las buenas costumbres, informar y requerir opinión de todos los frentistas del barrio para decidir si se continúa o no con la solicitud de obra.
Entonces, al no proceder con la prudencia que el proyecto amerita, se presenta en la C.E.C. la solicitud de obra haciendo que surja en el barrio un clima de disgusto y confrontación que pudo haberse evitado. Debido a ello, y dadas las posiciones encontradas, se realiza una encuesta por vecinos del barrio y, sobre un total de alrededor de 90 frentistas se logra en un corto período de tiempo encuestar a 67, arrojando un resultado de 41 votos en contra de la obra y 26 a favor.
A pesar de ello, y de haber manifestado en un principio que no se va a ejecutar una obra que el barrio no quiera, la C.E.C. insiste en que la misma debe llevarse a cabo salvo que se rescindan el 100% de los convenios de pago, algo que difícilmente suceda.
Ahora bien, dado que un gran número de frentistas no fue informado sobre la solicitud de obra por parte de los vecinos que la pidieron, como tampoco de la reunión informativa en la C.E.C. del 8 de enero (en la cual participaron un pequeño grupo de alrededor de 15 frentistas), como tampoco pudieron enterarse de la apertura del Registro de Oposición, ya que todo esto se realizó en períodos en donde mucha gente suele estar de vacaciones, y si realmente se persigue el beneficio a la comunidad, el reclamo de la no realización de la obra debería ser escuchado. G.J
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