Según advierten los expertos, los análisis que se realizan para conocer el estado de los alimentos son “cada vez menos y más precarios”, y eso repercute directamente en la salud de los consumidores.
Veterinarios y especialistas en sanidad denuncian “la decadencia del sistema de control bromatológico” en la totalidad del territorio provincial, y afirman que esta situación “está teniendo consecuencias directas en la salud de los bonaerenses”, ante la creciente aparición de enfermedades intestinales como el Síndrome Urémico Hemolítico y las infecciones por la Escherichia coli.
Según manifestó el presidente del Colegio de Veterinarios, Mario Capri, “la situación es alarmante porque no sólo se trata de desinversión sino también de desinformación y de desidia por parte de las autoridades provinciales y sus dependencias municipales”.
“La figura de inspector bromatológico prácticamente ha dejado de existir, por lo tanto estamos en condiciones de afirmar que no existe un control serio en torno a los alimentos que ingerimos”, advirtió Capri. Y agregó: “El problema está en todo el sistema estatal de inspección de la comida, desde el provincial hasta el local”.
La falta de personal capacitado para estas tareas, así como también la precariedad en los elementos y en la tecnología necesaria para llevar a cabo estos controles, son según Capri, otras de las cuestiones preocupantes que demuestran “el abandono y la despreocupación” de las políticas destinadas al tema. Según se explica en un comunicado emitido por el Colegio, “en el último año se presentaron distintos episodios a lo largo de la provincia que pusieron en evidencia esta situación”.
Con respecto a esto, Capri manifestó que “los casos advertidos son innumerables porque van desde las carnicerías y almacenes de barrio de localidades pequeñas hasta grandes cadenas de supermercados”. Sin embargo, y a pesar de las denuncias ante funcionarios públicos “sólo en pocos casos se tomaron cartas en el asunto”.
Sanidad animalLa falta de control de la fauna silvestre y la tenencia de mascotas potencialmente peligrosas constituyen, según los especialistas, otro aspecto de la problemática.
“Cada vez más personas tienden a tener en sus casas animales exóticos provenientes de otros ecosistemas, que por supuesto pueden ser vectores de distintas enfermedades para las que no hemos desarrollado defensas”, explicó Capri.
Además advirtió que las matanzas clandestinas o caseras de animales y la realización de embutidos artesanales sin los controles necesarios, pueden derivar en diversas enfermedades gastrointestinales de los consumidores, como por ejemplo la triquinosis, “enfermedad transmitida de los animales al hombre muy común en localidades bonaerenses”. (DIB)
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