En verdad esta luz y esta sabiduría que crece en la vida del creyente, lo enriquece para imprimir en su ser y en su obrar, la novedad que le aporta la revelación para planificar el sentido verdadero de la vida.La clave del mundo nuevo es vivir en docilidad y comunión con Cristo, quien es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida.Así, este augurio de felicidad será pleno y contagioso para todos, ayudándonos a redescubrir quiénes somos y hacia dónde vamos- ¡El Señor con ustedes!
Mons. Héctor CardelliObispo Diocesano de San Nicolás de los Arroyos.
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