La vida puede ser más sana si en lugar de convertir toda información en un espectáculo los medios difunden noticias y sobre ese sustrato fijan posición.
Corridos unos mil kilómetros de la metrópoli se puede observar que en los medios conviven diferentes agendas, que no hay un relato único y que la diversidad es posible.
El Chaco es una de las provincias más pobres y empobrecidas de la Argentina. Aquí el Estado tiene una gran preponderancia a la hora de generar la seguridad laboral y alimenticia de los habitantes. Para cualquier gobernante provincial es necesaria una articulación con la Nación para que aquel pueda generar situaciones positivas para la creación de trabajo. Sucedía con el radicalismo cuando era gobierno y sucede con la gestión Capitanich.
Cuando los Medios concentrados la emprenden con el federalismo y amplifican la necesidad de una distribución equitativa del presupuesto ocultan su verdadero objetivo que es el de esmerilar el Proyecto Nacional apostando a la fragmentación. Pocos recuerdan cuando publicitaban a Domingo Cavallo definiendo que provincias como el Chaco, eran inviables. Ambos representantes de los GGCyT siempre buscan debilitar el poder popular para imponer sus intereses antipopulares y transnacionales. Hoy son los que entre Argentina y los fondos buitres optan por estos últimos, poniendo por sobre el interés nacional lo que efectivamente es un ataque a nuestra independencia económica.
Pero volviendo al Chaco y a las formas diferenciadas que adquiere la batalla cultural según uno esté en la metrópoli o en el interior profundo propongo un repaso de las posiciones político mediáticas de un diario como Norte, el más vendido en la provincia.
Algunas observaciones: no es un diario oficialista, en su plantel conserva buenos periodistas y en sus páginas vuelca una cuota importante de información.
Una rápida lectura demuestra que los títulos no están cargados de mala leche como sucede con los diarios opositores porteños. Norte, a diferencia de Clarín, la Nación y Perfil busca sumar lectores sobre la base de la credibilidad de sus notas y no bajar línea ni marcar agenda y menos disputar poder. Son lo más parecido a lo que en un momento se entendía como cuarto poder. Tiene lectores peronistas y radicales, kirchneristas y antikirchneristas y no genera ni adhesión ni rechazo, todavía se lo busca por la información que trae.
Se muestra la gestión de los gobiernos nacional (K), provincial (PJ) y municipal (UCR) sin intentar cuidar a unos por sobre otros aunque pueden detectarse preferencias.
La editorial del domingo lleva la firma de su director Miguel Fernández. No es una empresa multimedia ni monopólica, convive con tres diarios más: La Voz del Chaco, El Diario (recuperado por los trabajadores) y Primera Línea de cuño radical. Conviven con varios portales que son leídos casi en la misma proporción.
La semana que pasó un caso policial adquirió valor nacional. El crimen de Tatiana Koloddzley se instaló en las editoriales de la semana. Lo que apareció como un tema más de inseguridad se transformó en un juicio a la justicia y a los jueces.
Néstor Kirchner, apenas asumido y en una reunión a la que asistió quien esto suscribe notificó que “el Estado estaba cooptado por el enemigo.” Pasados 9 años de aquel día cada vez más se puede comprobar el aserto de aquella frase. Es muy difícil gobernar en línea con un proyecto que cuestiona al neoliberalismo y la concentración económica con una estructura estatal y una constitución consolidada en el apogeo del menemismo, capítulo argentino de la globalización neoliberal.
La ley de Medios, la reforma política más importante desde la Constitución de 1949, y sus problemas de aplicación, tienen que ver con aquella definición del presidente que murió antes de tiempo.
No se puede aplicar la Ley con la misma estructura del viejo Comfer. Y como se observa día a día, tampoco se puede avanzar muy rápido con un Poder Judicial nacido al amparo de la dictadura militar. La demora en el tema de Derechos Humanos, la mirada machista sobre los delitos contra las mujeres y las cautelares contra la Ley de SCA dan cuenta de ello.
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