Si son las seis de la mañana y se quiere un bebestible para el desayuno que no esta estipulado en la carta del noble sitio y el comensal pide ginebra con tres medias lunas le cobra un peso sobre el valor normal. Si es mediodía y se pide cervezas para acompañar los maníes con un plato de chicharrones poco desgrasados son dos pesos extras.
Lo notable es por la noche. Si se despierta al cantinero (como es un servicio publico no se puede negar) y se le pide un "fernestolengo" con asado frío (que quedo de la semana pasada) son tres pesos del valor de pizarra. Con esta actitud económica el cantinero ya pelechó y se compró una moto ciambreta, un forte a bigote y planea ir a vivir al barrio El Mangrullo.
Pero eso no es todo. Los muchachos en ocasiones habituales sufren el síndrome "Nos damos vueltas como una media" con sintomas peligrosos como perdida de la relación espacio- tiempo-forma y color.
En estos casos quedan dos salidas. Quedarse a dormir la mona en el bar, en una silla con opcion a parte de una mesa se le cobra un plus de seis pesos.
La otra salida aconsejable es el traslado en carretilla hasta la casa del afectado. El movimiento cuesta 10 pesos de plus. Ante esta problemática que dicen que comenzó en un sector de la medicina, el cantinero que le pone un supositorio a una liebre en una curva (vaa..no es el único caso en la ciudad) planea declarar a Colon "Como la capital del cobro de plus". En esa jornada todos nos vestiremos de blanco y se regalara a cada colonense chequeras de las obras sociales de juguete y sin opción a uso.
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