(GEI) –Un hombre de unos 60 años internado en un hospital. Una tenue luz alumbra su rostro arrugado y doloroso. De repente desde los pies de su cama comienzan a asomarse las enormes figuras de unos animales. Él saca un arma y empieza a disparar. ¡Plaf!, ¡Plaf!, ¡Plaf!, los globos comienzan a reventarse, y los animales quedan reducidos en las manos de los médicos que ríen junto al paciente que dispara una y otra vez su arma de juguete para enfrentar a esos temibles que acechaban los pies de su cama, ésta es una de las imágenes de la emblemática película Patch Adams que describe la vida de un médico que utilizó la risa y el humor para ayudar a sus pacientes. La risa es un remedio infalible, tanto para los malos estados anímicos, la depresión y los problemas físicos. Las carcajadas son eficaces para aliviar el dolor y mejorar el pronóstico de los pacientes y es por eso que cada vez hay más médicos "clowns", que se disfrazan con los propios recursos de los hospitales y clínicas y se acercan a los pacientes con otra perspectiva a la hora de ir a revisarlos o aplicar un paliativo. Payamedico Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), explicó en diálogo con la agencia Telam que los "payamédicos", profesionales de la salud que trabajan en hospitales y los grupos de profesionales que hacen de la risa un objeto más de su instrumental médico, son un ejemplo de la necesidad de la risa para enfrentar problemas de salud. "Cuando uno ríe, todo el sistema se beneficia porque aumentan las endorfinas y se fortalece el sistema inmunológico", describió la psicoanalista. El psiquiatra José Pellucchi (39) actual médico de terapia intensiva en el Hospital Udaondo y coordinador del taller de teatro de la Facultad de Medicina (UBA), suele utilizar el humor y las carcajadas con sus pacientes grandes y pequeños. Desde que era residente comenzó a sorprender a los pacientes con sus humoradas. "Yo quiero impulsar el 'patch-adamismo' en la Argentina", proclama Pellucchi, aludiendo al médico norteamericano Patch Adams, " para promover la sonrisa permanente y hacer que el paciente llene el vacío que le provoca la enfermedad." En su taller de teatro en la UBA, Pellucchi espera formar durante este año a por lo menos 40 médicos, estudiantes o voluntarios que luego distribuyan la alegría por los hospitales. El médico se encuentra convencido que estas nuevas terapias pueden ayudar a bajar el consumo de analgésicos y sedantes, y mejorar el pronóstico de los pacientes. Desde hace años, los médicos han postulado que las carcajadas enriquecen la sangre, mejoran la digestión o producen catarsis emocional. En las últimas décadas, los científicos comprobaron que la risa ayuda a levantar las defensas, regula la presión arterial y estimula la producción cerebral de endorfinas, que provocan la sensación de placer. Risueños y activistas Del mismo modo que Patch Adams, que la película antes mencionada, comienza a incentivar a sus compañeros para que sumen la “terapia de la risa” con sus pacientes, en la actualidad este tipo de experiencias comienza a replicarse y contagiarse en distintas partes de mundo. En Brasil, los "Doctores de la Alegría" recorren, dos veces por semana, seis hospitales de San Pablo. En Colombia, los miembros de la "Fundación Doctora Clown" hacen terapia de la risa a 120 niños por semana. En Alemania, los "Clown Doktoren" se dedican a hacer música y pantomimas para chicos internados. En los Estados Unidos, el proyecto "Rx Laughter" convoca a pediatras, psiquiatras y profesionales del entretenimiento para estudiar los beneficios de las carcajadas. En la Argentina, también hay grupos que se unen en pos de hacer reír colaborado con la calidad de vida. Los integrantes de "Clowns para el Mundo" recorren periódicamente distintos hospitales de la provincia de Buenos Aires. En el Hospital de Niños Gutiérrez, los profesionales se disfrazan ocasionalmente para divertir a los pacientes y en el Materno-Infantil de San Isidro, integrantes del Servicio de Salud Mental montaron un taller de juegos y risas para enfermos crónicos. Terapéutica Sin embargo, no hace falta estar internado para beneficiarse. Los actores Mirtha Manno y Eduardo Delauro crearon la Escuela de Automejoramiento de la Risa y la Salud, y en tres años dictaron cursos para enseñar a reír y cambiar la actitud mental a las personas que allí asisten. "Trabajamos la carcajada como si fuera un ejercicio actoral, y muchas veces logramos que nuestros alumnos revirtieran patologías como depresión, fobias, artritis, diabetes o incluso cáncer", arriesga Delauro. El método incluye tres carcajadas diarias de por lo menos 10 segundos, al levantarse, a media tarde y antes de acostarse. Así como los medicamentos genéricos causan el mismo efecto que los patentados, las risas forzadas producen en el organismo las mismas respuestas hormonales y nerviosas que aquellas espontáneas, disparadas por un chiste o situación cómica. "La risa es innata en el ser humano, y, mediante el reentrenamiento, logramos recuperarla y hacerla más natural", explica uno de los protagonista. Reírse más Aunque hay críticos de la risa como elemento terapéutico, los especialistas aseguran que cualquier actividad lúdica, sirve para modular los circuitos del cerebro involucrados en la sensación de dolor. Reír ayuda a expresar la parte sana de uno y sobrellevar la enfermedad.
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