Por el hecho es juzgado Juan Eduardo Chamas, que fue detenido en marzo del año pasado, tras permanecer siete años prófugo de la Justicia, radicado en Rosario bajo una identidad falsa.
La Fiscalía de Juicio solicitó una pena de 12 años y medio de prisión por la figura de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, entendiendo que el día del hecho, en la verdulería del padre de Chamas, hubo una discusión entre la víctima y el acusado y no una agresión ilegítima que justificara la reacción del imputado y por lo tanto sostuvo que no estaban reunidos los elementos para la figura de legítima defensa o exceso de legítima defensa.
El abogado defensor de Chamas, Aquilino Giacomelli, solicitó al Tribunal la absolución de su cliente por considerar que actuó en legítima defensa, entendiendo que el arma utilizada la había llevado Aitta, así como también la pericia de dermotest positiva sobre la víctima.
También tomó como prueba las causas en trámite que tenía el fallecido por portación de arma de guerra y las tres causas anteriores al hecho en cuestión por la quita del auto y amenazas.
De no ser absuelto, en caso de que se lo condene por exceso de legítima defensa (pena que va de seis meses a cinco años), pidió en forma subsidiaria el mínimo de la escala, es decir 6 meses, ante la falta de antecedentes penales de Chamas.
En tanto que, de ser condenado por homicidio simple, solicitando que se cumpla el principio de inocencia, pidió que hasta que quede firme la sentencia, la misma sea morigerada con arresto domiciliario.
El juicio
Cuatro testigos ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Pergamino, integrado por los jueces Danilo Cuestas, Guillermo Burrone y Miguel Gaspari.
Los hermanos del imputado, Miguel y Marcelo Chamas, dijeron que minutos antes del homicidio, Aitta había concurrido a la verdulería de uno de ellos en busca de Juan para exigirle que levantara las denuncias en su contra que había realizado por amenazas y por la sustracción de su auto.
Es que Chamas, actualmente detenido en la Unidad Penitenciaria 49 de Junín, había denunciado por "amenazas" a Aitta, quien también le había robado su Peugeot 307 que luego se lo devolvió.
Miguel también declaró que una vez que la víctima se retiró del lugar, concurrió a la verdulería del padre, ubicada a unas tres cuadras de la suya, para avisarle a su hermano que se fuera de allí ya que Aitta lo estaba buscando. Sin embargo, cuando Miguel llegó al negocio observó que Juan y la víctima estaban discutiendo, por lo que tanto él como Marcelo intentaron calmarlos.
Luego que parecía terminada la discusión, Marcelo fue hacia un kiosco y Miguel ascendió al auto en el que arribó al lugar, cuando ambos vieron al prestamista ingresar a la verdulería imprevistamente y, unos minutos después, escucharon los disparos.
Además de los hermanos, testificaron Ricardo Cejas, un policía a cargo de la investigación, y un joven que al momento del hecho tenía 12 años, quien había encontrado el revólver calibre .38 utilizado en el homicidio en un terreno baldío mientras jugaba a la pelota.
Según quedó acreditado en la etapa de instrucción, el 25 de octubre de 2004, alrededor de las 10.30 Chamas estaba en la verdulería denominada Colorado el 32 de Avenida de Mayo (ex Julio Argentino Roca) 1282.
En ese momento, Aitta, alias "Zepelin", llegó al comercio y mantuvo una discusión con Chamas por una deuda que la familia del acusado tenía con la víctima.
Aparentemente, Chamas extrajo el revólver y efectuó dos balazos que impactaron en el cuerpo del prestamista.
Tras los disparos, Aitta salió caminando por la vereda, en dirección hacia avenida Colón perseguido por el acusado, quien le efectuó al menos dos disparos más que impac- taron en su espalda, por lo que cayó muerto casi en la esquina de Avenida de Mayo.
Inmediatamente, Chamas escapó a bordo de su auto Peugeot 307 gris que dejó abandonado en una playa de estacionamiento ubicado en las calles Florida y Merced.
Luego del homicidio, Chamas huyó hacia nuestra ciudad, Colón, y estuvo siete años prófugo ya que, según Gia- comelli, "allegados de Aitta le habían puesto precio a su cabeza".
El imputado fue detenido en marzo del año pasado por personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Pergamino en la cementera Minetti, de Rosario, donde trabajaba con un documento de identidad falso, a nombre de Enrique Fernández.
Por su parte, para Giacomelli, Aitta concurrió al local con el arma de fuego en su poder para amenazarlo, por lo que hubo un forcejeo que culminó con los balazos.
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