(GEI) –Históricamente, la vida parecía tener un fluir muy tranquilo y acomodado un escalón por sobre el otro: nacer, crecer, estudiar, casarse, trabajar, tener hijos, y envejecer. El concepto de familia y las disposiciones sociales hacían que esos pasos se cumplieran de manera casi dogmática para llegar al sueño de la familia propia. Sin embargo, y con el trascurrir de los años las realidades familiares comenzaron a modificarse: ensambladas, monoparentales, adoptivas, de transito, sin hijos y otras tantas variables. Es decir que la familia “tipo” (mamá y papá que conviven con sus propios hijos), cada vez parece alejarse más de la postal cotidiana de las ciudades y pueblos de la argentina para asomarse una familia que se podría llamar “nueva”. Pareciera que las generaciones actuales son las que se encuentran más marcadas por esta tendencia que construye nuevos modos de socialización y de constitución familiar. Casados sin hijos Tener o no hijos es una decisión personal que si se toma de manera consensuada puede tener más de una buena razón para decidir llevar una vida en compañía sólo de la pareja. Hace unos años no había muchas posibilidades de que se postergara el proyecto de ser padres para las personas que se encontraban en edad de serlo. Sin embargo, hoy en día hay otras prioridades y las parejas ya no sienten que haya que cumplir con los mandatos, y continuar con la línea de casarse, tener hijos y envejecer mientras se los cría. En el país, hay medio millón de personas que se casaron o conviven, pero que se mantienen firmes en un objetivo de fondo: no ser padres. Según una encuesta de la consultora Ignis, dentro de este segmento, en la Argentina hay 492 mil personas, casi 250 mil parejas. El 47% reside en Capital Federal y Gran Buenos Aires, tienen entre 25 y 40 años y dedican el tiempo libre a invertir sus ingresos en ellos mismos. Son parejas que priorizan su desarrollo profesional y no comparten el mandato tradicional de la familia tipo. Un solo padre Otra de las realidades actuales en cuanto a las relaciones familiares, son las que se desarrollan en un núcleo familiar de padres con hijos en donde uno de los progenitores no vive con ellos. Es decir, un padre o una madre que de manera solitaria se hace cargo de los niños, la economía y la casa. Se trata de una familia que se ya comienza a alejarse de la “tipo” porque una de las dos figuras fundante de la institución familia no esta. La monoparentalidad es una realidad social, familiar y personal que surge de determinadas condiciones sociales y de los conflictos asociados a dichas situaciones que llevan a que las familias se disuelvan, a pesar de haber decidido tener un hijo. En nuestro país, hasta hace unos años, sólo se conocía éste tipo de familias a partir de la viudez, el abandono o los embarazos extra-matrimoniales. Sin embargo, en la actualidad y a partir de los avances tecnológicos y en las leyes se suman: la donación de óvulos o espermatozoides, la adopción de niños o los hogares bi-nucleares que permiten que una mujer soltera pueda adoptar a un niño o que un hombre en las mismas condiciones pueda alquilar un vientre y convertirse en padre. Los tuyos y los míos Por otra parte, es muy común encontrarse con las denominadas familias ensambladas que se originan a partir de un segundo matrimonio o unión de hecho, cuando uno o ambos integrantes de la pareja tienen hijos de una familia anterior. Se trata de una configuración familiar no tradicional que cada vez tiene mayor peso en nuestra sociedad, son grupos familiares donde conviven o circulan niños y adolescentes de distintos matrimonios. Generalmente, se los llama como “los tuyos, los míos y los nuestros”, dado que muchas veces estas familias tienen, además de los hijos con sus otros matrimonios, nuevos niños compartidos. En este contexto, las mesas multitudinarias, y un número grande de hermanos para asimilarse a los años anteriores, a las familias tradicionales donde convivían varios integrantes del mismo núcleo familiar; no obstante los cambios son más que tangibles. Los nuevos Según los especialistas, todo indicaría que en los próximos años, estos tipos de familia pasarán a ser “la nueva familia tipo” en la mayoría de países occidentales, dado que las condiciones sociales, políticas, económicas y fundamentalmente sociales van modificándose y manteniendo configuraciones diferentes de las existentes hace años atrás. Sin embargo, no se deja de advertir que a pesar de tener modificaciones y particularidades las familias seguirán existiendo.
FAMILIA TIPO *Promedio de edad de la mujer al casamiento: 20 años. *Casamiento por Registro Civil y por Iglesia. Indisolubilidad voluntaria del vínculo matrimonial. *Modelo de hombre proveedor; la mujer dedicada a la crianza de los hijos en el hogar. La cantidad promedio de hijos era de 6,5 por cada mujer. FAMILIA EN TRANSICIÓN *La mujer empieza a incorporarse al mercado laboral. *Promedio de edad de la mujer en el momento del casamiento: 26 años. *Comienzan a registrarse las separaciones voluntarias. *El promedio de hijos por mujer desciende drásticamente. FAMILIA NUEVA *La edad promedio de la mujer al matrimonio: 27 años *Promedio de hijos, 2,5. *Consolidación de la modalidad de cohabitación consensuada. *Disminución de los matrimonios legales y del casamiento por Iglesia. *Gran incremento de las familias monoparentales. Emergencia de un fenómeno: las familias ensambladas. *Legalización de las uniones gay. *Difusión de las técnicas de fertilización asistida.
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