(GEI) –Una anécdota que circula entre los trabajadores de prensa, dice que un joven periodista, que había entrado a trabajar en la redacción de un influyente diario, el jefe de redacción le encargó que elabore una nota sobre “Dios”. El periodista mientras daba media vuelta para encaminarse a su escritorio pensando el enfoque que debía darle a la nota, a poco de andar, se volvió sobre sus pasos y le preguntó a su jefe: cómo quiere la nota, “a favor o en contra”. Este relato, que más allá de ser cierto o no, recuerda el testimonio de la periodista platense Verona Demaestri durante las audiencias convocadas por la Cámara de Diputados de la Nación con motivo del debate sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, cuando contó que sus estudios universitarios durante los años ’90, en una de las materias que cursaba, tenía que redactar dos notas, una a favor y otra en contra, sobre dos personajes, el más querido que resultó Estela de Carlotto, y el más odiado, Jorge Rafael Videla. Ante tal disyuntiva, Demaestri se negó a participar del ejercicio y se retiró de la clase. Pero aquella escuela de periodismo, no se terminó con la segunda década infame; hace apenas unos años, otra joven periodista que actualmente trabaja en la redacción de Clarín, contó que antes de ingresar al staff estable del monopolio mediático, cursó un seminario sobre periodismo que ese diario dictaba en la Universidad Austral, donde el mismo ejercicio, aunque con otra temática, se reiteraba. En nuestros días, el producto de aquella escuela que se forjó en los ´70 bajo las premisas neoliberales de la dictadura, está en pleno desarrollo, tratando en vano, desde hace nueve años, de quebrar la estabilidad política y económica de la que gozamos, para imponer un gobierno lo suficientemente débil como para que el poder mediático para el cual trabajan, recobre el rol de garante de la gobernabilidad, heredado del “Partido Militar”, luego de Malvinas. Inicio de hostilidades Curiosamente, la estrategia de disciplinamiento del gobierno que iba a surgir del ballotage en mayo de 2003, entre Néstor Kirchner y Carlos Menen, la inició el ex vicedirector de La Nación, José Claudio Escribano, luego de entrevistar al primero de ellos, el 5 de mayo de ese año, y no el monopolio que acompañó los dos primeros años de gestión kirchnerista. Por entonces, Escribano presidía la Asociación de Entidades periodísticas Argentinas (ADEPÄ), con fuerte influencia dentro de la corporación judicial y en buena parte de los editores de diarios asociados a la entidad, sobre la que el grupo Clarín, aún no tenía demasiado predicamento. Ese día, a Escribano lo esperaban en Adepa varios miembros del Consejo Directivo, ansiosos por conocer el resultado de la reunión con el patagónico; expectativa que se despejó cuando lo vieron entrar con el rostro enrojecido -como se le torna cada vez que es contrariado-, entonces sus interlocutores presagiaron que no traía buenas noticias: “Parece que esta vez va en serio”, fue lo primero que escucharon sus colegas de la mesa chica de Adepa. Escribano le había llevado a Kirchner, un “pliego de condiciones”, tal como lo denominó el periodista Horacio Verbitsky, con cinco puntos que supuestamente el patagónico tenía que respetar si no quería que su gobierno dure un año (ver link: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-20265-2003-05-18.html). Plazos Ahora, que la Corte Suprema le puso fecha de vencimiento a la cautelar que beneficiaba a Clarín para no cumplir con el artículo 161 de la ley de medios, y por lo tanto está obligado a vender cerca de 240 licencias de TV antes del 7 de diciembre próximo, es decir, apenas dentro de cuatro meses y días, la tríada que conforma con La Nación y Perfil, intensificaron su discurso unívoco que pretende que los argentinos creamos que estamos o vamos a estar en poco tiempo peor que España o Grecia. Para ello, han empezado a utilizar una serie de recursos reñídos con las buenas prácticas de la profesión e incluso sus propios manuales de estilo, que llegan hasta la mentira, ya que cuando son desmentidos por el gobierno o la propia realidad, no se dan por enterados y mucho menos, se rectifican. Agenda periodística El discurso de los medios dominantes en estos últimos meses, incluye temas como el de la inseguridad, la corrupción, la “confiscación de YPF”, el dólar “Blue”, la inflación, el destino que se le da a los recursos del Anses, las trabas a las importaciones de Moreno, la “caída” de la economía, el cuco de la desocupación, etc., etc., que a cualquier precio, trata de recrear las condiciones que desembocaron en el 19 y 20 de diciembre de 2001 que se llevó puesto a Fernando de la Rúa. Con esta agenda de temas que de alguna manea logran instalar, pero fundamentalmente con el económico, estas empresas y sus esbirros, construyen una realidad mediática que quizás años atrás, cuando todavía gozaban de cierta credibilidad y prestigio, prendía inmediatamente en la sociedad generando corridas bancarias con los depósitos o el dólar, debilitando a los gobiernos o peor aún, sacándolos, como ocurrió con el ex presidente Ricardo Alfonsín que se tuvo que ir seis meses antes de finalizar su mandato, luego de la hiper desatada a partir de una tapa de Clarín en mayo de 1989 con una frase de Guido Di Tella, pero dicha en enero de ese año, promoviendo “un dólar recontra alto”. El contexto Lo cierto es que objetivamente en los últimos nueve años, la Argentina registró el período de mayor crecimiento de la economía en toda su historia, a un promedio del 7,7 % anual. En tanto que en los tres primeros meses de este año, registró un crecimiento superior al 5,2 %, superado por China (5,6 %), pero por encima de México (4,6%), Estados Unidos (2%), Alemania (1,2%) y Brasil (0,8%). Respecto de la inversión, de la que tanto habla el establishment por su supuesta falta: durante el 2011 alcanzó niveles récord hasta alcanzar un 24,5%; es decir, el mayor en los últimos 30 años. En el primer trimestre de este año, a pesar de la crisis global, la inversión en nuestro país estuvo en el 21,4% sobre el PBI, superando incluso, los niveles de inversión registrados en el mismo período, en Estados Unidos, Alemania, Italia y Brasil. Respecto al comercio exterior, más que duplicó su participación en el producto, pasando del 17% registrado en los años ‘90 alcanzando el 35,5% en 2011. En los primeros cinco meses de este año, el saldo comercial se incrementó un 33% respecto al mismo período de 2011, por sobre encima de los índices registrados en Estados Unidos, Brasil y Chile, que registraron caídas en ese sector, y siguen los récords. Deseos Por efectos de la crisis financiera a escala mundial, resulta obvio que este año la economía argentina tendrá un crecimiento menor al registrado en 2011, que no obstante, las proyecciones lo ubican con un crecimiento apenas dos puntos o tres por debajo del promedio de estos 9 años. Pero de ahí, hablar de recesión como lo vienen haciendo algunos economistas y medios opositores al modelo, ignorando o pretendiendo ignorar que la recesión se da a partir de dos trimestres consecutivos de caída, está muy lejos, lejísimo de cumplirse los deseos de quienes conducen el monopolio mediático para seguir manteniendo sus privilegios. Ya transitando el segundo semestre de 2012, sin tiempo, ni espacio político para contragolpear, pero además sin credibilidad, aunque sí, todavía con algún poder de fuego (de salvas), siguen haciendo daño, pero que no podrá llevarnos al caos que imaginan desatar. Tampoco hay que subestimarlos. Llevan casi un siglo y medio escribiendo la historia.
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