“Los bebés que son amamantados hasta el sexto mes en forma exclusiva reducen a la mitad el riesgo de muerte súbita”, dijo el ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, con motivo del inicio, mañana, de la Semana Mundial de la Lactancia Materna.
Los especialistas enumeran decenas de beneficios para el desarrollo físico, emocional e intelectual del bebé criado con leche materna. Entre ellos se destaca la disminución del riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. Dos factores explican esta ventaja: por un lado la leche materna posee ciertas sustancias llamadas aminoácidos que generan un mayor nivel de alerta durante el sueño y microdespertares mientras el niño duerme, lo que a su vez disminuye las apneas que son las pausas prolongadas de la respiración y que tendrían relación con las muertes inesperadas en la cuna.
Por otra parte, la leche materna al ser la más adecuada para el bebé porque es de su propia especie, provoca un vaciamiento gástrico más rápido que la leche de fórmula: “Esto lo lleva a despertar más fácilmente para volver a alimentarse”, explicó Antonio Morilla, referente en lactancia materna del ministerio de Salud provincial.
Claro que a la leche materna hay que sumarle otras medidas para reducir aún más el riesgo de muerte súbita, agregó Morilla, “como no abrigarlo demasiado, no fumar en los hogares donde hay un bebé y dormirlo boca arriba y en su cuna, no en la cama con los padres o con hermanitos”.
Menos riesgo de maltrato
Por extraño que parezca, los especialistas en lactancia materna afirman que un chico amamantado desde la primera hora de vida tiene menos riesgo de ser rechazado y maltratado por su madre.
“La primera hora es crucial para el ‘enamoramiento’ entre la mamá y su bebé”, explicó Morilla. Por eso, desde el ministerio de Salud provincial se fomenta el contacto piel a piel ni bien nace un niño, toda vez que éste se encuentre sano y no requiera de cuidados médicos especiales.
Lo ideal, aseguran, es dejarlo en contacto con la mamá, a solas y tranquilos. Así ambos comenzarán a tocarse, a reconocerse y, más o menos a la hora de nacer el bebé, se prenderá al pecho sin dificultad. “Si el bebé se prende bien y la toma es buena, la mamá libera dos hormonas, la oxitocina, que es la hormona del amor, del afecto y del placer y la prolactina, que es la hormona del maternaje, la que refuerza la comunicación y la necesidad de la mujer de proteger a su hijo”, detalló Morilla.
La mejor calidad
Uno de los mitos que más se escucha entre las mujeres que dejan de amamantar rápidamente es “mi leche no lo llenaba, se quedaba con hambre”. Sin embargo, los expertos de la Dirección de Maternidad e Infancia aseguraron que aún en mujeres desnutridas la calidad de la leche materna es lo suficientemente buena como para nutrir a su bebé.
“Sólo en casos extremos de desnutrición de la madre un médico podría desaconsejarle amamantar, pero esto es muy raro, más bien excepcional”, detalló Patricia Barrios Skrok, referente en lactancia de esa dirección.
En relación con las mujeres que trabajan, Morilla les recomendó extraerse manualmente su propia leche en un lugar limpio y tranquilo al menos cada tres horas, y explicó que esa leche puede mantenerse en buen estado a temperatura ambiente durante 12 horas.
Este año el lema de la Semana Mundial de la Lactancia es “Lecciones aprendidas, desafíos pendientes”. En ese sentido, la directora de Maternidad e Infancia, Flavia Raineri, dijo que “las prevalencias de lactancia materna exclusiva luego de un período de amesetamiento volvieron a aumentar, y las de destete volvieron a descender. Aún así, el camino que queda recorrer para alcanzar índices elevados es largo aún”.
La especialista concluyó que aumentar el número de niños amamantados significa, no solo en una mejor nutrición, sino también un mayor apego, desarrollo y maduración del sistema nervioso central, menos enfermedades y una reducción importante en la mortalidad”. (DIB)
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