(GEI/COPLA) –La ley 26522, de Servicios de Comunicación Audiovisual, con todas sus dificultades de aplicación, surgió de una propuesta debatida, consensuada y apoyada por uno de los colectivos sociales más importantes de nuestra historia. Más de 300 organizaciones de todo el país participaron de la Coalición por una Radiodifusión Democrática que fue la propulsora de los 21 puntos pilares de la ley.
La nueva ley abre camino para un nuevo paradigma de la comunicación. Una nueva manera de relacionarse entre los medios y la sociedad. Es la oportunidad histórica de generar nuevas formas de comunicarnos entre nosotros.
Es allí donde los medios locales, radios comunitarias, pymes, canales de baja potencia y otros medios tales como los diarios locales, blogs y otros medios existentes comienzan a ocupar un lugar trascendental en esta “nueva comunicación”. Ya dejan de ser medios “truchos” o “clandestinos” para convertirse en las voces reconocidas de la sociedad. Me niego a llamarlas “nuevas voces” ya que no son tan nuevas. Vienen trabajando, como pueden, como los dejan, desde hace años. La inmensa mayoría sin ningún tipo de apoyo publicitario.
La ley de la democracia, en su seno, otorga a estos medios locales el reconocimiento de ser ellos los fieles representantes del sentir de sus comunidades. Algo que es casi imposible para los medios de gran alcance. Su arraigo y pertenencia, permite una relación más fluida con los vecinos, su propia comunidad. Esto no es nuevo, pero la ley viene a otorgar un grado de legitimidad a esa tarea que se vislumbra en la relación cotidiana de los vecinos y sus medios locales.
Lo que viene ahora, es la construcción de este nuevo paradigma. Un camino que debe recorrerse atendiendo varias instancias: la legalidad de los medios locales, la capacitación permanente y la sustentabilidad de los mismos, entre los temas principales.
No va a ser fácil. Los medios locales han recorrido un camino lleno de trabas en muchos sentidos: falta de apoyo comercial, impuestos elevados, imposibilidad de habilitación de torres y locación, situación laboral precaria de sus componentes, etc. La nueva etapa hacia la legalidad y la sustentabilidad demandará un proceso que los medios locales deberán asumir con responsabilidad y mucho empeño para llegar al ansiado objetivo de constituirse en espacios de comunicación reconocidos y autorizados. Para desprenderse del todo y para siempre de motes tales como “truchos” y “clandestinos”.
Es una etapa que requiere el mayor de los compromisos por parte de los responsables de cada medio local, para encontrar en el amparo del nuevo paradigma, el camino hacia la identidad definitiva de su voz, “con todas las de la ley”.
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