La helada de la fría mañana del miércoles 11 de julio aún persistía cuando en el predio de la Sociedad Rural de Pergamino se puso en marcha la reunión destinada a productores y asesores agropecuarios.
La Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de la Provincia de Buenos Aires (AIANBA), el INTA Pergamino y Maizar fueron organizadores de este encuentro que se lleva a cabo anual y consecutivamente desde 2005.
Las VII Jornada de Actualización Técnica fueron abiertas formalmente por Roberto Rotondaro de AIANBA quien expresó claramente que las mismas son "pensadas para los destinatarios que son principalmente los asesores y productores", al tiempo que recordó que se está avanzando en buena forma rumbo al Segundo Simposio Nacional de Sorgo.
Por su parte Alberto Morelli de Maizar aprovechó el momento para agradecer la oportunidad de organizar conjuntamente con AIANBA e INTA son "dos instituciones centrales para la fundación de MAIZAR".
Finalmente Daniel Presello del INTA Pergamino recordó que la reunión de este año se enmarcó en las celebraciones de los 100 Años de la Experimental Pergamino y con calidez recordó que "la vieja Chacra comenzó a funcionar en 1912 y a partir de 1914 llegaron los primeros fondos para trabajar en maíz. Decían los documentos 'para aumentar el rendimiento del cultivo y mejorar el estado financiero del productor'. Actualmente INTA no trabaja solo, lo hace en equipos interdisciplinarios e insertados en la comunidad científica. Por eso es importante esta asociación que logramos con AIANBA y MAIZAR, también tenemos productores entre los disertantes porque entendemos que la problemática del cultivo debemos discutirla y buscar soluciones entre todos".
Luego de la presentación, se ingresó de lleno en el tratamiento de los temas técnicos, los cuales giraron básicamente sobre dos temáticas importantes basadas en reconocer que el cultivo se encuentra en un momento particular pues la campaña se vio signada por una intensa sequía que dejó resultados no esperados.
Por ello se pensó en información que permita contar con conocimientos sobre cómo estabilizar el potencial de rendimiento a través del cultivo de siembras demoradas; y por otro lado tratar aspectos relacionados con la economía y comercialización del cultivo.
Desde la ecofisiología
El primer tema planteado fue "Criterios ecofisiológicos para el manejo del cultivo en siembras tardías" y allí se hizo presente Alfredo Cirilo del INTA Pergamino.
El especialista indicó que la última campaña es un claro ejemplo de cuándo las siembras tardías son una ventaja, ya que las siembras demoradas -comparadas con las tradicionales- desplazan el momento más crítico del cultivo que es la floración, hacia el momento del año donde el balance de lluvias y demanda es menos desfavorable.
"Esto asegura -dijo Cirilo- una estabilidad del rendimiento más alta que los maíces tempranos, en años donde hay riesgo climático. Hay otro riesgo climático, es el de temperaturas muy altas. Las siembras tardías colocan esa etapa sensible donde los riesgos de golpe climático de calor son menos severos. Ambas causas hacen que las siembras tardías tengan una estabilidad mayor. Pero en años de buena disponibilidad hídrica el potencial ambiental es mayor para siembras tempranas".
Luego de recomendar que lo ideal fuera "repartir los riesgos", Cirilo explicó que teniendo en cuenta que el productor al momento de la siembra sólo tiene probabilidades, tanto en "siembras tardías como en tempranas lo conveniente es no pasarse en la cantidad de plantas que vamos a sembrar. La densidad, depende de cada ambiente, eso es muy variable, la recomendación es que cuando uno prevé que la condición de floración sea la peor, hay que ser precavido y no pasarse en plantas, sino al contrario, deberían tratar de bajar la densidad".
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