La precaria vivienda era propiedad de Antonio Plomer y se destruyó en forma total.
Según relato el propio Plomer, se habría quedado dormido con un cigarrillo encendido.
El foco ígneo habría comenzado en las frazadas y luego se extendió por los tres ambientes destruyendo el mobiliario y la estructura.
Nada pudieron hacer los Bomberos Voluntarios debido a que a su llegada el fuego se había generalizado.
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