PAGINA PRINCIPAL TAPA PAPEL CONSULTAR ARCHIVOS POR FECHA AVISOS FUNEBRES CONTACTESE

Enviar Artículo a un amigo  
Imprimir Artículo IMPRIMIR ESTE ARTICULO

12/06/2012
Informe Especial

Enfermedades modernas


tecno_12062012 (32k image)
La tecnología es solo es un medio y son los usuarios quienes le dan utilidad. Sin embargo, muchas veces en esta relación se sobre pasan los límites y surgen problemas físicos y psicológicos. Aquí consejos y apuntes para evaluar cómo es nuestra relación con la tecnología....


La Plata, 13 junio (GEI) –Hoy en día, a nadie sorprende ver a personas que están todo el día con el teléfono en la mano como si fuese una extensión de sus cuerpos. Hay quienes no apagan sus equipos ni siquiera en los lugares donde esta prohibido usarlos. También existen casos de personas que pasan largas horas frente a la computadora, sin poder dejar de mirar y actualizar las redes sociales.
La tecnología se hace cada vez más cotidiana, y ya no sólo los niños son los que más horas pasan en convivencia con los nuevos desarrollos.
Es cierto que el avance tecnológico facilita en muchos aspectos la vida de los usuarios, pero la relación persona-aparato puede volverse patológica. Muchas veces, las mismas exigencias del trabajo llevan a las personas a estar permanentemente on-line y en relación con los aparatos lo que puede generar trastornos físicos y psíquicos.
En expansión
Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) asegura que en los países industrializados, la rápida adopción de nuevas tecnologías y la agresividad en la competencia están aumentando los casos de depresión y estrés.
Aunque no hay estudios científicos que den cuenta de la prevalencia de un tecnoestrés en la sociedad, una investigación reciente de Intel (en varios países del mundo) detectó que el 40% de los usuarios permanece 24 horas, siete días a la semana, conectado a sus dispositivos, mientras que 8 de cada 10 duermen con su celular al lado.
El término tecnoestrés comenzó a oírse en los años 70, entendido como la sobrecarga de información que puede alterar a las personas. Durante la última década, y a medida que las tecnologías se fueron haciendo cada vez más masivas y de uso más cotidiano, este concepto comenzó a utilizarse con más frecuencia.
Los profesionales consideran que, sin que sea una epidemia, una proporción significativa de la población mundial puede estar aquejada por estos males.
Tecno-enfermedad
El tecnoestrés puede manifestarse de diversas maneras: tecnoansiedad, que es la tensión derivada por el uso extremo de las tecnologías y que se revela, por ejemplo, en la necesidad imperiosa de responder un mensaje de manera inmediata más allá del contexto y de que la respuesta no sea de carácter urgente.
Está también la tecnofatiga, que se caracteriza por un estado de cansancio mental y físico, agotamiento cognitivo, trastornos visuales, cefaleas y dolores musculares (principalmente tensión de cuello y espalda), derivado del uso excesivo de las tecnologías. Y a pesar de este agotamiento, la persona no consigue desconectarse.
Otro cuadro está dado por la tecnoadicción, que tiene que ver con la necesidad desmedida de usar la tecnología en cualquier momento y lugar, hasta tal punto que la vida real de la persona se ve alterada por la preponderancia de las relaciones virtuales.
También en el cuerpo
Es cierto que muchos de los problemas físicos que se producen por el uso continuado de tecnologías obedecen a que los lugares de trabajo, el mobiliario, los aparatos tecnológicos no están bien adaptados ni dispuestos para evitarnos posiciones incómodas que, con el tiempo, pueden degenerar en dolores o dolencias.
Todos los años gran cantidad de personas sufren lesiones por el uso de la computadora que puede parecer no tan serios, pero pueden llegar a ser complicaciones de cuidado e incluso incapacitantes.
El ordenador no suele estar a la altura adecuada, las sillas no son apropiadas, muchas veces los pies no tocan el suelo o, al contrario, quedan prácticamente enrollados, la iluminación es mala, entre otros.
Permanecer por mucho tiempo en malas posiciones provoca diversas molestias físicas que pueden terminar en dolencias psíquicas. Por ello, es preciso recordar que la tecnología no es ni buena ni mala, es solo es un medio y somos nosotros quienes dotamos a esta herramienta de utilidad, objetivo y contenido. Es hora de tomar conciencia y crear un ambiente más amigable en relación con los aparatos tecnológicos, como así también comenzar a desconectarse y volver al tiempo libre y las relaciones interpersonales.


Auto-Evaluación


¿Le duele el cuello, las cervicales y la espalda?
¿Le arden los ojos y tiene vista borrosa?
¿Tiene molestias en el brazo y hombro dominante?
¿Se siente incapaz de apagar su teléfono móvil?
¿Pasa horas y horas navegando sin rumbo fijo por Internet?
¿Lleva computadora, celular y otros equipos durante las vacaciones?
¿Ha perdido su capacidad de concentración?
¿Ha disminuido o anulado su actividad social?
¿Prefiere comunicarse por medio de su celular o computadora o de modo personal?



¡Atener en cuenta!


*Descansos frecuentes: Pararse y alejarse de la computadora a intervalos frecuentes durante la sesión de trabajo.
*Organizarse: Procure organizar las diversas actividades diarias para satisfacer sus necesidades diarias de descanso, trabajo, alimentación y relaciones sociales.
*Descansar los ojos: La vista se cansa por mirar fijamente a una distancia igual durante mucho tiempo. Aun si no es posible levantarse, mirar alrededor y enfocar diferentes objetos a diferentes distancias puede ayudar. Cerrar los ojos por aproximadamente un minuto permite relajarlos
*Ponerse en movimiento: Durante los lapsos de descanso, hacer ejercicios suaves, como girar el torso o rotar el cuello para estimular la circulación y relajar la espalda. También es recomendable mover los pies con giros en la articulación del tobillo y la rodilla.
*Cuidar la postura: Debe adoptarse posiciones saludables, sin forzarse ni tensarse, esto hace más cómodo el trabajo y evita daños y lesiones que se evidencian con el tiempo. Se deben mantener los pies planos en el piso al frente.
*Sea delicado al teclear: Evite golpear las teclas o apretar el ratón en forma muy rígida. No se requiere imprimir mucha presión para trabajar.
*Asegurarse de que el centro de trabajo es adecuado ergonómicamente: Adecuar los muebles, equipos y elementos de trabajo a las necesidades del cuerpo. La silla y el escritorio deberían ser ajustables. La silla debe ofrecer soporte a la espalda baja y descansos para los brazos.


VOLVER A PAGINA ANTERIOR




Home | Tapa | Archivos | Fúnebres | Consultas
© Semanario Colón Doce - Todos los Derechos Reservados