Pero el autor intelectual que privó de una final frente a Boca es Matias Almeyda. El entrenador es el único culpable de este presente de River. Sus decisiones cada semana que pasa son más erráticas. Y en este partido quedó expuesto al optar para que los titulares descansen. Le salió mal y encendió la polémica. Para los que piensan que el único objetivo es el ascenso estuvo correcto. Almeyda argumentó que iba a cumplir su palabra de respaldar a los jugadores que llevaron al club a esa instancia.
Pero se olvidó que el club está por encima de nombres y hombres. Es uno de los cinco grandes del fútbol argentino por lo hecho en su historia, escrita con títulos nacionales e internacionales. Además también la institución perdió en lo económico. Si bien es cierto que se llevó 1.600.000 pesos por su participación se privó de 1.500.000 si alzaba el trofeo.
En lo futbolístico quedó demostrado que Nicolás Domingo, Cristian Ledesma, Andrés Ríos, entre otros no están a la altura de las circunstancias y que el próximo semestre abandonaran el club. Lo positivo para Almeyda fue lo hecho por Martín Aguirre. El volante debería tener una posibilidad desde el arranque frente a Boca Unidos. Tiene dinámica, es vertical y también llega a posición de gol.
Otro error del DT fue post partido. Junto a Gabriel Amato (ayudante de campo) decidieron que sean los jugadores los encargados de elegir los ejecutantes de los penales. Grave error. El sexto disparó lo tuvo a Vila como protagonista. El juvenil apenas había jugado 24 minutos en primera. Saja se agigantó y lo dejó expuesto a Almeyda.
En cambio Boca, su eterno rival, tomó un camino distinto. Falcioni no desprecia ninguna competencia. Quiere hacer historia y ser por primera vez el equipo que se lleve la triple corona. Está cerca de conseguirlo. Marcha primero en el Torneo Clausura, está en semifinales de la Copa Libertadores y definirá la Copa Argentina frente a Racing. No hay cansancio sino hambre de títulos. Riquelme cada vez es más amo y señor. Sus compañeros decodificaron el mensaje del entrenador. Equipo compacto, sólido y con mente ganadora.
River y Boca marchan por caminos distintos. Cuando el “Millonario” podía al menos ponerle una piedra en uno de ellos la decisión de Almeyda influyó para que tenga tránsito libre. “Todo lo que puede ir mal, saldrá mal” afirmaba la Ley de Murphy. Parece que en River no es una excepción.
|