Durante la campaña 2011/12, un grupo de técnicos del INTA Pergamino condujeron ensayos de campo relacionados con la nutrición del cultivo de arveja en suelos sin antecedentes de legumbre.
De esa experiencia, Gustavo Ferraris, Lucrecia Couretot y Gerardo Magnone elaboraron un informe que de alguna forma abre una nueva línea de labor para el INTA Pergamino.
El cultivo Según el informe, el hábito de crecimiento de las variedades cultivables de esta leguminosa invernal es indeterminado, con respuesta fotoperiódica cuantitativa a días largos.
Las etapas desde germinación están en función de la temperatura, debiendo acumular a la emergencia entre 120 y 166 °C, mientras que a floración, necesita acumular entre 650 y 700 °C dependiendo de la variedad.
Para la descripción de las diferentes etapas de desarrollo se propone la escala sugerida por Knott (Knott, 1987), en la que se definen los 4 estados principales: emergencia, crecimiento vegetativo, reproductivo y senescencia.
La investigación El trabajo surgió a partir de reconocer la expansión del cultivo lo cual lleva a la necesidad de responder interrogantes básicos sobre su manejo. Dado el estado actual de fertilidad de los suelos, una de las primeras inquietudes reside en la tolerancia a la incorporación de fertilizantes junto a la semilla. La arveja es una leguminosa, y por analogía se tiene en cuenta la alta sensibilidad de la soja a los fertilizantes en línea, no sólo por su efecto sobre la implantación, sino también del proceso infectivo de las bacterias fijadoras de nitrógeno.
Sin embargo, la arveja se siembra en hileras más angostas, a una densidad mayor, y con temperaturas de suelo y aire que retardan procesos químicos nocivos para la semilla i.e. producción de amoníaco desde fuentes que contengan nitrógeno.
Intuitivamente, se supone que las legumbres toleran menores dosis que gramíneas de invierno, pero no existen experiencias que lo hayan evaluado de manera comparativa. Por este motivo, se condujo un experimento tendiente a comparar la tolerancia a una isodosis de fósforo en tres especies invernales, trigo, cebada y arveja.
Datos La respuesta de la arveja a la mejora tecnológica en ocasiones es cuestionada. Esto tiene que ver con su sensibilidad a inclemencias ambientales –heladas, excesos hídricos-, y el escaso conocimiento de algunos factores limitantes del rendimiento.
Sin embargo, estas experiencias demostraron que es un cultivo con buen potencial de respuesta a la mejora nutricional, cuando algún elemento se encuentra por debajo del nivel de suficiencia. En todos los experimentos, el coeficiente de variación para rendimiento fue elevado (rango 16,5- 20,8 %).
Más allá de la variabilidad natural que puede presentar el cultivo, sin dudas que es muy importante aumentar el conocimiento sobre su conducción y cosecha. “Para nuestro grupo de trabajo, este primer año constituye una aproximación al cultivo. Las tendencias observadas deberán ratificarse o modificarse en años venideros” concluye el trabajo.
|