Pueblos felices trabajando por la grandeza de un mundo futuro pero sin sacrificio y sin dolor que eso es lo humano, que eso es lo natural y que es también lo científico.
Entonces debe haber una tercera posición que es la que concibe el justicialismo, donde el hombre en una comunidad que se realiza, pueda también realizarse él como ente humano. Esa es la verdadera concepción justicialista”. Juan Perón.
“Soy peronista, en fin, por convicción y por sentimiento, por confianza en la bondad y en los esfuerzos de los descamisados, en esta lucha por la total independencia económica de la Patria, por nuestra completa liberación y por nuestra absoluta y limpia soberanía”. Eva Perón.
El peronismo no se aprende ni se proclama decía Evita, se comprende y se siente. Y es el pueblo trabajador el que lo siente con mayor profundidad. Como dice nuestra marcha, por lo principios sociales que Perón ha establecido, el pueblo entero está unido, y grita de corazón, Viva Perón, Viva Perón.
El peronismo es una forma de viva, una forma de relacionarse con el otro. El peronismo es, sin más, el sentir de un pueblo. Lo que no significa que no haya pensamiento, por supuesto, pero lo que es seguro es que por sobre todo, en el peronismo, está el corazón. Porque es fe, pero también es convicción, el peronismo es convicción y es fe, como dijo Evita. Hablar de peronismo es hablar de nuestra identidad.
El peronismo no es meramente un proyecto político, el peronismo, hoy, es parte fundamental de nuestra identidad Nacional, y no se crea una identidad por decreto o por ley.
El peronismo es parte fundamental de la identidad de nuestro pueblo porque la transformación social que el general Perón y Evita, y el proyecto que junto al pueblo ellos llevaron adelante, fue tan grande, tan importante, que quedó grabado a fuego en la memoria de nuestro pueblo. Por supuesto, aún hoy, nuestros padres y abuelos nos cuentan lo que fueron aquellos primeros gobiernos, y continúa reflejándose en las nuevas generaciones porque fue tal el cambio social en aquellos tiempos, que cuando los recordamos, o nuestros padres y abuelos nos cuentan sus vivencias, nos ponemos inmediatamente en situación y reconocemos nuevamente lo que el peronismo ha significado, y nos traza un claro proyecto Nacional y Popular para construir en éste presente en el que vivimos.
El pueblo sigue sosteniendo las mismas banderas de siempre, y hoy, con un notable cambio de época, las volvemos a levantar con fuerza. Las mismas banderas de siempre que significaron la justicia social de nuestro pueblo, y la soberanía política y la independencia económica de nuestra patria.
No podríamos hablar de superación del peronismo, y no podríamos hacerlo fundamentalmente porque la realidad que se ha transformado no es tan contundente como para superar la fe popular de las conquistas del peronismo, sino que son transformaciones parciales en esa dirección, que estimulan la fe popular que aún hoy, 60 años después, anhela esa contundencia en la transformación de sus propias vidas, de la vida de la comunidad y de su patria.
Las banderas de nuestro pueblo, que habían sido aplastadas o invisibilizadas por la embestida neoliberal, vuelven a flamear con fuerza y firmeza. Estos últimos años la discusión política ha vuelto a instalarse en la sociedad por el resurgimiento de un proyecto que se ha hecho intérprete de demandas populares y ha impulsado medidas de carácter Nacional y Popular. De ahí nuestra responsabilidad como hombres y mujeres comprometidos con la Justicia y la verdad del pueblo, de trabajar por la construcción de un Estado al servicio de los intereses de la Patria y el pueblo, para que en mutua apoyatura con la organizaciones libres que de éste último surjan, organicemos la comunidad (sobre la base de su bienestar) para darle al Gobierno patrio el poder suficiente para redefinir las relaciones que siguen hundiendo a la Argentina en la violencia, la miseria y la infelicidad, y ponerlas al servicio de la grandeza de la Patria y la felicidad del pueblo.
Como decía Scalabrini, “El Estado brota de abajo, es casi una redención, una creación del pueblo solidario”. Tenemos que impulsar el debate, tenemos que estar en los barrios profundizando la unión de nuestro pueblo, donde el hombre encuentre su plena realización en el conjunto de la sociedad, tenemos que establecer un proyecto en el cual cada uno de los hombres y mujeres de nuestra patria tenga su lugar.
Reencontrarnos en un movimiento político con poder suficiente para realizar la liberación Nacional está al alcance de nuestras manos, y depende de nosotros, los que luchamos por el proyecto Nacional y popular.
De nuestra capacidad de torcer el "supuesto destino" del cual el neoliberalismo intenta convencernos, será la hora, y de la recreación de un vínculo de lealtad colectiva dependerá la realización integral del proyecto Nacional y Popular que nuestro pueblo se merece.
Queremos y necesitamos la participación y el protagonismo de nuestro pueblo forjando su propio destino
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