Nunca se sabrá con certeza los verdaderos motivos que llevaron a Gran Bretaña a hundir al Belgrano, en un hecho calificado por el ejército argentino como traicionero; el buque se encontraba fuera de la zona de exclusión.
La idea de concebir al ataque como una medida política antes que estratégica parece encajar a la perfección, teniendo en cuenta que a partir del 3 de mayo, las acciones armadas se desataron en forma incontrolable sobre las islas.
El hundimiento del crucero fue un sonoro cachetazo para la Armada Argentina, que sufrió el revés mas desastroso en toda su historia. A partir de ese momento, la flota de mar de nuestro país se replegó totalmente, dejando el dominio de los mares en manos de Inglaterra.
Pero este ataque no solo repercutió en el ámbito militar. A partir del 2 de mayo, la población argentina ingresó, con las víctimas del crucero Belgrano, de lleno a los horrores de un conflicto que parecía lejano.
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