Protagonizada por Carlos Portaluppi, la película aborda la historia de un empleado de una fábrica de autopartes cuyo trabajo se ve afectado luego de la crisis del 2001 y que deberá afrontar este difícil momento con su mujer, Laura (Aymará Rovera), embarazada de su segunda hija.
Ante esta disyuntiva, el obrero y sus compañeros se resisten a perder su único medio de vida y, dejando atrás su desesperación, comienzan a organizarse para mantener en funcionamiento la empresa.
“En esta historia apunté a mostrar que a través de un hecho puntual como es la recuperación de las fábricas se puede dar un gran cambio social en base a la solidaridad, al trabajo en equipo y a la defensa de los derechos de cada uno”, expresó Díaz Iacoponi.
“El drama adquiere características particulares porque es muy común que ante este tipo de situaciones lo primero que aparezca sea la incertidumbre en la gente", destacó el realizador.
"Además -agregó-, como en la película, es muy común que la mayoría de los trabajadores sean hombres grandes, que no terminaron el secundario o no tienen estudios y que ven muy difícil la posibilidad de reinsertarse laboralmente”, explicó Díaz Iacoponi.
“En esta historia se refleja el rol que juegan los valores y la dignidad, en lo social, lo laboral y lo familiar. Esta película apunta a algo más grande como es la solidaridad, porque uno de los problemas más grandes que tenemos hoy es el individualismo”, apuntó.
Los protagonistas
Con una destacada y sensible interpretación de Carlos Portaluppi, el elenco se completa con los actores Cutuli, Soledad Silveyra, Daniel Valenzuela, Manuel Vicente, Celina Font, Luis Margani y Marcelo Sein.
“En la trama juegan tanto los momentos dramáticos, los de humor y los emotivos”, destacó Díaz Iacoponi, director y guionista de los cortometrajes “Amante de aves” (1995), “Necrológica” (2000), “Mastering” (2003) y “Don Paco” (2005).
El proyecto surgió a principios del 2004, cuando el realizador fue llamado a colaborar en unas entrevistas para un documental sobre fábricas recuperadas. “Me resultaron muy fuertes las historias de los trabajadores de esas fábricas. Me pareció impresionante lo que contaban y cómo estaban empezando a trabajar en conjunto. El cambio de mentalidad que vi en ellos fue lo que me motivó”, describió.
“Me interesó contar el proceso desde la incertidumbre y la desesperación de estos hombres que ven que se les viene el mundo abajo y luego mostrar, también, el cambio que se produce en ellos cuando empiezan a creer que pueden salir adelante”, concluyó Díaz Iacoponi.
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