Turismo
Vino, comida regional y folclore en Salta (GEI/AEN) – Desde el sur de la provincia de Salta, en la frontera con Tucumán, hasta las alturas de Colomé, y casi introduciéndose a la Puna, el coloreado de los Valles Calchaquíes atesora una docena de bodegas y aproximadamente dos mil hectáreas de viñedos, especialmente entre los departamentos de Cafayate, San Carlos, Angastaco y Molinos....
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Un recorrido que puede apreciarse realizando la Ruta del Vino, son 200 km a través de los cuales es posible degustar las cualidades de los vinos de altura. Se trata de viñedos que están situados entre los 1.600 metros sobre el nivel del mar en Cafayate, y hasta más de 2.400 en las cercanías de Molinos.
La vitivinicultura posee una larga tradición en la provincia de Salta. Las primeras viñas fueron traídas por los jesuitas desde Perú en el siglo XVIII al pueblo de Molinos; allí hubo 200 hectáreas de viñedos, ya ausentes. El vino insignia es el Torrontés, que en las alturas salteñas adquiere una manifestación exclusiva, frutada y aromatizante. No obstante, en los últimos años, el enorme desarrollo de la vitivinicultura provincial añadió otras cepas, como Cabernet Sauvignon, Malbec, Tanta, Bonarda, Sirah, Barbera y Tempranillo.
Además de modernas Bodegas, se pueden visitar producciones artesanales, como en Cachi y Seclantás. La Ruta del Vino recorre paisajes impactantes como la Quebrada de las Flechas y pueblos centenarios como Molinos, con una enorme riqueza cultural que se expresa en la música y las artesanías. Además del vino, en una visita a Salta no se pueden pasar por alto las comidas regionales. La ambivalencia cultural del norte argentino se expresa aquí con notable elocuencia a través de la gastronomía. La comida salteña es popular y distinguida en el país y en el mundo. Salta es un baúl con tesoros valiosos dulces y salados. Como sus empanadas, humitas, picantes, guisos, su fina masitería, sus dulces de frutos maduros.
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