Jamás en el campeonato tuvo volumen de juego. Sólo individualidades. Cuando Sánchez, Ocampos, Domínguez, Cavenaghi y después Trezeguet aparecieron River obtuvo resultados positivos.
Pero Almeyda se equivocó y lo que parecía un beneficio se transformó en perjuicio. Los goles y el buen andar de Trezeguet hicieron que el entrenador modifique el sistema táctico que venía trayéndole resultados.
Dejó el 4-4-2 para pasar al 4-3-1-2. De esa forma mantuvo a Domínguez y Cavenaghi en el equipo. Decisión equivocada. El “Chori” no siente la función de creador de juego. Mientras que el “Torito” y el franco-argentino pueden jugar juntos pero por momentos se superponen. Al equipo le falta un volante que cree. Cirigliano y Aguirre son los nombres que pueden aportarle verticalidad y abastecer mejor a los delanteros.
En la semana Daniel Passarella visitó en un entrenamiento al plantel y cuerpo técnico. El presidente brindó su apoyo incondicional. Igualmente la derrota ante el “Bohemio” sacudió los débiles cimientos.
Almeyda es el principal responsable de este presente “millonario”. Y el partido con Quilmes por la Copa Argentina le permitió al entrenador modificar lo que no se animaba. Afuera Trezeguet por la seguidilla de partidos. En consecuencia retornará a la táctica que le trajo mejores rendimientos. River tiene que modificar el rumbo de lo contrario se complicará la vuelta a primera división.
Quilmes lo alcanzó. Rosario Central se acercó. Instituto parece inalcanzable. Ahora recibirá a Huracán. Tendrá dos bajas ya que no podrá contar con Ramiro Funes Mori (expulsado) y Juan Manuel Díaz (quinta amarilla).
Hasta acá quedó demostrado que el principal rival de River es River. De vencerlo volverá a ser lo que fue…
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