El creciente avance de la sojización en la última década y las pronunciadas sequías ocurridas en diferentes zonas del territorio, produjo una disminución en la oferta de polen primaveral y otoñal, lo que trajo severas deficiencias proteicas para el desarrollo poblacional de las colmenas antes de la cosecha. De hecho, en algunas regiones la zafra cayó un 30 por ciento con respecto al año anterior, pero en otras, como el sudoeste y noroeste, la cifra trepa hasta el 60 por ciento.
En este contexto, esta semana, el ministro de Asuntos Agrarios, Gustavo Arrieta recibirá los informes de las siete regiones de la provincia, que tiene unos 6500 productores y alrededor de 1.400.000 colmenas registradas. Días atrás, los apicultores fueron claros: “Necesitamos subsidios o la mitad de las colmenas se van a perder”.
En la región del sudoeste, la más importante de la provincia y que concentra el 12 por ciento de la producción nacional, la cosecha de miel cayó a la mitad con respecto a 2011. Mientras que el promedio de la última década en esta zona era de 17,4 kilos por colmena (la media histórica del país es 30 kg/colmena), en Puán se obtuvo 4 kilos y en Guaminí 12 kilos, según un informe del INTA Bordenave.
Pero en otras regiones también las pérdidas parecen irreparables: en la de Mercedes, Pergamino y Junín apuestan a bajar los costos; en la zona costera, con mermas de hasta el 60 por ciento, aseguran que deben dedicarse a otro rubro; y en el noroeste dicen que no saben cómo llegar a junio.
El coordinador del Programa Miel del Ministerio de Asuntos Agrarios, Ariel Guardia López, reconoció que los rendimientos fueron menores a los años anteriores y aseguró que desde la Provincia analizarán una ayuda para los productores. “La sequía de diciembre y enero fue muy marcada y esperamos que se refleje en una reducción en la cantidad de colmenas”, dijo el funcionario.
En tanto, la representante de la región Noroeste, Marcela Sánchez, explicó que los rendimientos fueron muy bajo en la zona y las colmenas están sin alimento. “La situación es crítica, alarmante. Tenemos colmenas muertas de hambre y hasta es difícil conseguir azúcar”, dijo la productora de Bolívar, que estimó que de 250 productores actuales, van a quedar unos 170. “Se van a perder entre un 40 y un 50 por ciento de las colmenas”, agregó.
Leonardo Bori, de Apícola Mercedes, dijo que “la cosecha de este año está en un 20 por ciento menos que la del pasado, y a su vez un 20 por ciento menos que la de un año normal”. Y según Miguel Marino, integrante de la Apícola Rauch, en esa región la merma fue del 60 por ciento debido básicamente a la gran sequía que se dio en enero y febrero.
SUSTENTABILIDAD Si bien el Gobierno y los productores coinciden en que la producción está muy por debajo de la media provincial que es de 30 kilos por colmena, no coinciden en la cantidad que se necesita para que un productor se pueda sustentar. Mientras que desde Asuntos Agrarios hablan de unos 17 kilos por colmena, los apicultores ubican esa cifra en 35 kilos. Pero aquí entra en juego el precio de la miel: en la actualidad es de 9 pesos el kilo que se paga al productor. Con esta cifra, para el INTA, se cubre sólo la mitad de los costos. Y ante un hipotético rendimiento de 20 kilos por colmena, el valor debería ser de 20 pesos, muy lejano de los 9 que hoy se consigue.
Para Juan Carlos López, integrante del Sistema Cooperativo Apícola de Mar del Plata, la sequía, la soja y el desinterés del Gobierno son los principales problemas del sector. “En 28 años de productor llegué a sacar 90 kilos por colmena, mientras que hoy si saco 12 o 15 kilos tengo que estar contento. Por eso para solventar las pérdidas debo dedicarme a otro rubro”, dijo a esta agencia. Y para el secretario de Producción de Puán, Celso Castillo, quien destacó que la sequía provocó la muerte de más de 10 mil condenas en un año, “el apicultor tendría que estar cosechando entre 25 y 40 kilos de miel por colmena, pero este año no se ha cosechado nada”. (DIB
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