Tucumano apasionado por el deporte a pedal, Héctor Manca entrenó durante un promedio de cinco horas diarias durante ocho meses para lograr su raid ciclístico en el rodó bajo temperaturas de cuarenta grados que alternaron viento y lluvia que finalizó ayer viernes frente a la Plaza de Mayo en el centro de la ciudad de Buenos Aires donde fue recibido por autoridades de la Asociación de Deportistas Trasplantados de la República Argentina como del consejo asesor de pacientes del Instituto Regulador de Trasplantes (INCUCAI).
“Fueron dieciocho largos días largos, 1.300 kilómetros para una persona trasplantada de hígado como yo, que estaba en lista de espera y jamás imaginaba que iba a tener la calidad de vida como la que tengo, e iba encontrando a lo largo del camino muchos pacientes a la espera de un órgano que se unían a darme aliento, fue mi forma de llamar la atención de los indecisos y la gente que tiene alguna duda en ser donante”, explicó Héctor Manca en declaraciones brindadas a la agencia de noticias Telam.
“Hay 18 mil argentinos que han pedaleado conmigo: 7 mil amigos míos que están en lista de espera y otros miles que no han podido subir a mi bicicleta porque no han llegado los órganos a tiempo, y esa es la parte más lamentable”, dijo el deportista tucumano que consideró que “la ley argentina es una de las más transparentes del mundo en este tema y un ejemplo a nivel mundial”.
Consultado sobre el esfuerzo que le demandaron estos 1.300 kilómetros en bicicleta, Héctor Manca sostuvo que el tramo más complicado la sufrió en las rutas de Santa Fe donde soplaban ráfagas de setenta kilómetros por hora que disminuyeron un 30 por ciento su velocidad sin poder pasar los quince kilómetros por hora cuando su promedio habitual es de veintisiete. “Tengo 52 puntos y debo cuidarme, pero puedo hacer esto gracias a que alguien pensó en su prójimo”, se despidió sin soltar a La trasplantada como él bautizó a su bicicleta armada con piezas de otros tres rodados.
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