Sin embargo, para el ex redactor de los golpes militares en los ’60, y actualmente uno de los principales integrantes de la armada brancaleone del monopolio mediático, el columnista de La Nación, Mariano Grondona, el intrascendente hecho protagonizado por Aznar y la Uade, constituye una supuesta “contraofensiva liberal”, que habría comenzado a darse nuestro país.
La onírica hipótesis del fundamentalista neoliberal, no se limita sólo al escenario argentino, sino que la extiende a otros países de Latinoamérica, como México, Brasil, Chile, Colombia y Perú, donde dice que ocurren cosas, que tampoco explica en qué consisten, aunque si resalta, a un grupo de políticos e intelectuales de derecha de distintos países de la región que, reunidos durante un seminario en Lima, Perú, organizado por el escritor Mario Vargas Llosa, fueron instados por éste a recuperar los valores del neoliberalismo en Latinoamérica, hoy barridos por los procesos de cambio que llevan adelante los gobiernos progresistas que los conducen. No es el punto hoy, ocuparnos de los que pasa en dichos países, pero si analizar lo que está sucediendo en nuestra querida Argentina, y bajo la misma lógica que plantea Grondona en su columna, es decir, desde una perspectiva militar; como la que aprendimos en la tarea de comunicar –como él, pero desde la vereda de enfrente-, los que participamos de la Resistencia Peronista en la segunda mitad de los ‘60.
La derrota La derrota política que en las elecciones del 23 de octubre del año pasado sufrió la filial local de la Red Financiera Global, y su principal aliado vernáculo, el monopolio mediático, borró del teatro de operaciones a su segunda línea gerencial, expresada por los candidatos a presidente de los partidos políticos opositores.
Es así como el poder económico-financiero-mediático local, puso lo necesario para reconstituir su primera línea de retaguardia, encargando la tarea a un pelotón de lanceros de dardos envenenados, para que intenten contener el desbande de una tropa aniquilada moralmente, por una realidad que su construcción mediática no pudo revertir.
Desde aquel 23 de octubre, empleando densas cortinas de humo que posibiliten una retirada ordenada, estos sicarios mediáticos se ocuparon al unísono de atacar, en una suerte de guerra de guerrillas, no sólo al gobierno de CFK, sino principalmente al conjunto de los argentinos tratando, en vano, de minar su renovada esperanza de un país mejor para que el contrato con su presidenta, a quien masivamente eligieron para que profundice el modelo iniciado el 25 de mayo de 2003, quede en agua de borraja.
Sintonía fina La cuestión está en evitar de cualquier forma que esta etapa de “sintonía fina” que comenzó hace apenas tres meses, se profundice en varios frentes, a saber: - El juzgamiento de los civiles co-responsables y cómplices de la dictadura militar. Hay más de 600 denuncias de apropiación de empresas, con Papel Prensa a la cabeza, durante ese período nefasto de nuestra historia contemporánea. Respecto a este caso, la causa desde diciembre ya tiene juez, después de una dilación de más de un año en el juzgado platense de Daniel Rafecas, apartado por la Sala 1 de la Cámara Federal porteña y que desde diciembre del año pasado, dejó en manos del juez federal Julián Ercolini.
Este magistrado, que lleva más de dos meses estudiando la causa, debe resolver el pedido de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, autora de la denuncia, para que indague a los genocidas, Jorge Rafael Videla, y José Alfredo Martínez de Hoz; a los accionistas mayoritarios del grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble y de su CEO, Héctor Magnetto; a los Peralta Ramos, de La Razón, a Bartolomé Mitre, de La Nación, al ex secretario de Desarrollo Industrial, Raimundo Podestá, y al ex secretario de redacción de Clarín, Reynaldo Bandini.
Después de la causa de los hijos adoptivos de Herrera de Noble (momentáneamente resuelta), el expediente que más los preocupa, es el que tiene en sus manos Ercolini, quien seguramente, antes que nada, les exigirá que muestren los recibos de pago por la compra de acciones de Papel Prensa a la viuda de David Graiver. - La Reforma a la Carta Orgánica del Banco Central. Una medida que además de recuperar soberanía, restándole poder al sistema financiero, permitirá financiar el crecimiento orientando el crédito hacia el sector productivo. -La recuperación de la potestad para controlar y revisar todas las concesiones otorgadas en la década del ´90, incluida la actividad más rentable, la petrolera.
Curiosa salida Otro tema que sacudió al grupo y a gran parte del establishment local, fue la salida de Goldman Sachs de Clarín, adonde ingresó en 1999, cuando pagó u$s 500 millones por el 18% del capital en lo que fue una de las mayores inversiones individuales que este banco llevó a cabo, cuando pagó por cada acción U$S 22,72, más del triple de lo que hoy pretende recuperar, ofreciéndolas a 6,80 dólares cada una.
La retirada definitiva de la financiera internacional, Goldman Sachs, una de las más importantes a nivel global, se produce inmediatamente después de que la causa Papel Prensa entrara definitivamente en la fase investigativa, cuando el 10 de febrero pasado la Cámara Federal porteña rechazó por “inadmisible” un recurso de las defensas del CEO de Clarín, Héctor Magnetto, y del director de La Nación Bartolomé Mitre, con en el que pretendían llegar a la Cámara Nacional de Casación, en un intento por frenar la investigación que comenzó en el juzgado federal de Julián Ercolini, para devolver el expediente a La Plata, donde como se dijo, tuvo una dilación de más de un año.
En el horno Se podría seguir con una extensa lista de causales que determinaron la retirada del grupo del teatro de operaciones. Repliegue que no es definitivo, sino por el contrario, a partir de un reordenamiento de su tropa tras la línea de defensa del variopinto opinólogo de sus tanques mediáticos, intentará restaurar el orden neoliberal, que en la Argentina colapsó en 2001/2002, y que desde 2003 a nuestros días no pudieron perforar a pesar del intenso fuego mediático al que fue sometido.
A estos sicarios de la comunicación, no les importan el daño que le hacen a la Patria y a su Pueblo con sus ataques al gobierno y sus instituciones; parea ellos representan sólo daños colaterales. Siguen insistiendo, algunos por ideología, otros porque no creen en la posibilidad del cambio que su concepción metafísica no les permite vislumbrar, tal como lo expresan en sus columnas de La Nación, Clarín y Perfil, reconocidos periodistas ex militantes conversos de Montoneros y del Partido Comunista.
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