(GEI) –La realizadora platense Rosa Teichmann presenta "Úteros. Una mirada sobre Elsa Pavón", una película documental atípica en la que cuenta la historia de una de las integrantes del grupo fundador de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y actual presidenta de la Asociación Clara Anahí. La historia, fue presentada el pasado viernes en la ex Esma, en una película documental no tradicional, filmada en su totalidad en el subsuelo de Teatro Argentino de La Plata.
"Úteros. Una mirada sobre Elsa Pavón" cuenta la historia de Elsa Pavón, una luchadora que tuvo la satisfacción de rescatar a su nieta en 1984, aunque debió esperar desde aquella primera vez que la vio, en 1982, hasta 1987 para que la niña pudiera recuperar su identidad y al fin ser quien era: Paula Logares. Y nunca pudo saber cuál fue el destino de su hija, Mónica Grinspon.
Teichmann presenta un documental con el que intenta mostrar la faz íntima de una mujer que sigue sufriendo por una pérdida, a pesar de la alegría de la recuperación. “Hay muchas mujeres como Elsa, que no son muy conocidas pero lucharon desde el primer día por justicia”, describió Teichmann.
La autora hizo varios documentales y cortometrajes, hasta que llegó “Chicha. Esperanza y dolor”, el largometraje que co-dirigió con Guillermo Kancepolsky, y que recibió el premio al mejor documental de Derechos Humanos del Movimiento de Documentalistas Argentinos.
La historia de Paulita
A Paula la secuestraron cuando tenía 23 meses. El 18 de mayo de 1978. Sus padres Mónica y Claudio Logares fueron sorprendidos por una patota cuando pasaban su exilio en Uruguay. Los trasladaron a la Argentina. Paula estuvo los siguientes seis años, hasta diciembre de 1984, con sus apropiadores: Raquel Teresa Mendiondo y Rubén Lavallén.
Un día de 1982 Elsa vio a Paula en la puerta de la casa. Cuando volvió, los Lavallén se habían mudado. Los reencontró dos años después, a cuatro cuadras de Chacarita, gracias a un dato aportado una vez que los murales de las abuelas de la plaza inundaron las calles en los primeros meses de la democracia. Aunque vivía en Banfield, viajaban todos los días a comprar verduras frente a la casa de los apropiadores.
Cuando la volvió a ver entró en shock, porque su nieta tenía un guardapolvo de preescolar cuando debería haber tenido uno de primaria. “Y si me dicen finalmente que no es ella, no importa: al otro día me pongo los zapatos y empiezo otra vez”, se dijo. Paula había sido inscrita como hija propia, dos años más tarde de su nacimiento.
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