La decisión, reclamada por varias provincias y empresas prestado- ras del servicio -que temían una avalancha de presentaciones judiciales cuando entraran en vigencia los nuevos parámetros- fue tomada la semana pasada mediante un acuerdo suscrito por la Secretaría de Políticas, Regulación e Institutos del Ministerio de Salud nacional y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Esta resolución le da aire a las provincias, ya que mantendrá los niveles de arsénicos vigentes hasta ahora al menos por otro lustro. No obstante, el acuerdo incluye también una obligación para las 18 jurisdicciones que adhirieron al acuerdo de realizar un estudio pormenorizado sobre la distribución de arsénico en cada territorio y un análisis epidemiológico para establecer el impacto en la población del arsénico, un químico tóxico cuya ingesta prolongada puede derivar en una enfermedad grave denominada Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (Hacre).
Se trata de una problemática que multiplica protestas y movilizaciones a lo largo de la Provincia. En el noroeste, ciudades como Carlos Casares, Junín, Lincoln, Pehuajó, Bolívar y 9 de Julio, vienen padeciendo desde hace décadas los altos índices de arsénico, aunque también preocupan algunos datos de Pilar, Saladillo, Bahía Blanca y Carhué.
Cuestión de límites
En 2007, el Código Ali- mentario había fijado un plazo máximo de cinco años -que finalizaba en mayo próximo- para que las provincias redujeran a 0,01 miligramos por litro la presencia del arsénico en el agua, tal la recomendación de la OMS.
La legislación de la provincia de Buenos Aires permite hoy un mínimo de arsénico de 0,05 mg/l por litro, un límite que rige en la Provincia desde 1998 tras la aprobación de la ley 11.820. En ese sentido de haber entrado en vigencia los parámetros más severos (del 0,01), la mayoría del territorio provincial hubiera quedado por fuera de los márgenes permitidos.
No obstante, hay amplias regiones donde se consume agua que infringe incluso los límites más laxos que fija la Provincia. Según estudios de organismos como el Conicet, sólo el 20 por ciento del territorio bonaerense tiene aguas subterráneas con niveles de arsénico inferiores al 0,05 m mg/l por litro. Estudio provincial
Aunque discrepa con esos números, Liliana Raskovsky, vicepresidenta de la Autoridad del Agua -el organismo provincial que coordinará el estudio de arsénico en territorio bonaerense- admite que hay zonas de la Provincia donde los niveles de arsénico superan el 0,05 y llegan incluso a duplicar esa cifra. "El noroeste de la Provincia tiene serias complicaciones" dijo. No obstante, consideró que la problemática en esa región ya es conocida y en algunos distritos, como Vedia, funcionan plantas de abatimiento de arsénico desde la década del '80. "El estudio que empezaremos a realizar va a ser muy importante para establecer prioridades en las zonas donde los niveles de arsénico varían entre 0,01 y 0,05. Las áreas más críticas son fácilmente identifica- bles".
En ese sentido, señaló que, según lo acordado con Nación, el proyecto y plan de trabajo del estudio (denominado "Hidroarsenicismo y Saneamiento Básico en la República Argentina") tiene que estar finalizado a fines de marzo. El plazo máximo para la finalización del mismo es de cuatro años más uno de gracia. "La prórroga de cinco años está vinculada a una acción. El estudio es un paso central para encarar acciones que garanticen la calidad del agua. No hay un estudio tan amplio hasta ahora en la provincia, sólo hay algunos que indican la distribución general del arsénico en los acuí- feros. Y epidemiológicamen- te, no hay ningún muestreo poblacional" indicó Raskovs- ky
En Colón
Los niveles en Colón aportados por los análisis de la Municipalidad de Colón rondan entre los 3 y 5 mg/l. En Pearson existe una pequeña planta donde se depura el agua y es entregada a los vecinos y escuelas. En la planta urbana de Colón, el problema fundamental son los altos niveles de nitratos y nitritos.
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