En su regreso y liberado del stress, se fue al bar La Milanesa, donde se clavó dos tintos, dos rosados y dos blancos con el propósito de no desentonar con el medio ambiente. La noche del carnaval marchó para ver las comparsas.
Al comienzo parece que el Monje Rojo (siempre tan despierto como probador y usador) había usado los fuegos artificiales y solo explotó uno.
Las malas lenguas indican que para ahorrar presupuesto (que luego aprovecharía el) habría guardado los del año pasado. Otros que esta más desconcertado que los concejales que aprobaron el Presupuesto Municipal, es Papa Noel.
Es que en Colón llegó febrero y todavía no desarmaron el arbolito de Navidad de Plaza San Martín (total el gasto de energía es mínimo porque las luces son intermitentes).
Para bien o para mal nada cambió en este verano, falto agua, hubo problemascon las cloacas y los fines de semana no hay picadas ni los menores siguencon el consumo de alcohol y los líos.
Es decir Pitolandia sigue firme y nada parece "quebrar" su derrotero.
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