(GEI/AEN) -Carlos Keen es uno de los doce Pueblos Turísticos que integran el programa respectivo dependiente de la Secretaría de Turismo de la Provincia de Buenos Aires. Aunque la iniciativa se implementa desde 2008, Carlos Keen tiene en su haber una larga lucha por preservar su existencia, que vivió una época de esplendor hasta 1935, cuando el trazado de la Ruta 7, la dejó a un costado.
Sin embargo, esa maniobra detuvo el tiempo y convirtió a Carlos Keen en un remanso que hoy invita a recorrer sus calles, cobijadas por añosas arboledas y aprovechar la oferta gastronómica de alguno de sus trece restaurantes. La condición de "Poblado Histórico", sancionada por la Junta de Lugares Históricos en sesión especial llevada a cabo en Luján, en 2007, contribuyó a la revalorización de sus encantos simples.
Gozar del espacio abierto, caminar por las vías, adquirir artesanías en el viejo Almacén de Ramos Generales, son algunas de las posibilidades que se ofrece en el perímetro de sus 14 hectáreas, planificadas sabiamente en torno a la vieja estación ferroviaria.
Otros lares
Tranquilidad e Historia también se pueden respirar en Saldungaray, localidad enclavada en el Partido de Tornquist, corredor turístico de las Sierras de la Ventana.
"Pueblo Histórico" por definición y tradición, Salgundaray se precia de su réplica del Fortín Pavón (1862), y de una imagen única de la Virgen en proceso de ascensión, cobijada en la iglesia de Nuestra Señora del Tránsito, que navegó en barco a Buenos Aires desde Francia y completó el trayecto en tren, a principios del siglo XX.
Con un paisaje enmarcado por las sierras de Pilluhuinco, a orillas del río Río Sauce Grande, la localidad se extiende como un triángulo sobre la pampa, a pocos minutos de Villa Ventana y a una hora de Tornquist, la cabecera del partido. Es ideal para una escapada diaria desde cualquiera de estos puntos, aunque también cuenta con un alojamiento económico.
Eminentemente criollo, el Programa Pueblos Turísticos reconoce pintorescas semejanzas con algunos circuitos poco convencionales como de los Pueblos Fantasmas, implementado en algunos estados norteamericanos que vivieron el furor y el colapso de la fiebre del oro.
Pero si en aquellas geografías, el argumento promocional radica en relevar la atmósfera de época, despojada de vida, los visitantes a estos sitios bonaerenses subrayan el factor humano como el principal recuerdo y la principal motivación para planificar un regreso.
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