(GEI) - En la Argentina el fenómeno carnavalesco tiene fuerte arraigo y se expresa con gran diversidad. Ocurren en un mismo tiempo pero en lugares y de maneras diversas. "Llegando está el carnaval, quebradero mi cholitay. Fiesta de la quebrada humahuaqueño para cantar; Erke, charango y bombo, carnavalito para bailar", describe una popular canción norteña. Lejos de esos instrumentos musicales y bailes típicos se encuentra el fenómeno porteño, más vinculado a las murgas y ritmos rioplatenses. Sin embargo, ambos conservan las tradiciones, mitos y creencias que los gestaron.
Por decreto, en el año 2011 se recuperaron los reclamados feriados (no laborables) de carnaval que habían sido eliminados en 1976 por el gobierno militar. Este año, y siguiendo el calendario que indica los festejos 40 días antes de las Pascuas, los días 20 y 21 de febrero la diversión se apoderará de las ciudades para dar paso a la celebración de los carnavales.
Aquí los invitamos a recorrer las principales expresiones de esta fiesta típica, según las regiones y creencias de cada lugar.
Carnavalito
Entre coplas, tamales, talco y vino transcurre una de las fiestas más alegres del país, que se caracteriza por la alta participación del público en la celebración. Se trata del carnaval de la Quebrada de Humahuaca, en la provincia de Jujuy, que esta temporada ya se inició con el enero tilcareño y el encuentro de copleros, y llegará a su punto más alto a partir del sábado 18 de febrero, en la semana en que se desentierra y luego vuelve a enterrar al Diablo, o Pujllay.
Esos días tiene lugar el Carnaval Grande, es cuando se saca de bajo tierra al diablo de la alegría y los excesos que había sido sepultado en la montaña el año anterior. En el atardecer de ese sábado, las comparsas y participantes se reúnen alrededor de mojones de piedra, generalmente ubicados en las afueras de la ciudad y se procede a desenterrar al Diablo Carnavalero que simboliza al rojo sol (según la creencia él es quien fecunda a la Pacha Mama, dando origen a las semillas, raíces, troncos, follajes y frutos de la región).
Una vez finalizada esa ceremonia todos los participantes bajan y se tiran agua, harina, talco y serpentinas. Luego van por las casas cantando coplas y comienza el festejo en todos los poblados de la Quebrada:
Humahuaca, Purmamarca y Tilcara son los sitios más concurridos, pero también se agregan las localidades de Volcán o Maimará. Entre los carnavaleros, son habituales las ramas de albahaca, mientras comienzan los "bailes" y las "invitaciones", que duran hasta el domingo siguiente. Esto significa que las comparsas de sikuris llevan sus carnavalitos y sus coplas por todo el pueblo, casa por casa, de día y de noche.
La música suena en cada cuadra y abundan la comida y la bebida, que se compran en puestos, donde además se vende la popular chicha. Todos participantes se arrojan talco que los coloca en igualdad de condiciones; y la acción del Diablo Carnavalero se toma tan en serio que el festejo implica un paréntesis en la fidelidad, a la vez que está aceptado un cierto grado de libertinaje sexual. No en vano, cantores y poetas de todos los tiempos han inmortalizado en sus versos a los "hijos del carnaval".
Esta época, también es tiempo de ofrendas a la Pacha Mama. Febrero es mes de cosecha y como agradecimiento se brindan alimentos u hojas de coca. Los festejos culminan el Domingo de Tentación, cuando las comparsas vuelven a la montaña donde todo comenzó y entierran al simbólico Lucifer, que regresará a su escondite con hojas de coca, alcohol y cigarrillos para permanecer enterrado durante un año.
Carnavales del país
Sin dudas, el llamado Carnaval del País, que se realiza en Gualeguaychú, Entre Ríos, es el más famoso y convocante de la Argentina.
Toma su formato del que se celebra en Río de Janeiro, y durante los fines de semana de enero y febrero la ciudad que costea sobre el río Uruguay llega casi a colapsar de turistas que se acercan a disfrutar de los balnearios por el día y a presenciar el show del Corsódromo en cada noche de sábado.
El 7 de enero fue el comienzo en 2012, con un récord de público de casi 30 mil personas, y la fiesta se extenderá durante diez noches, con cierre el próximo 3 de marzo.
Este año participan las comparsas Marí Marí (ganadora en 2011), Papelitos y O'Bahía, que despliegan su show, con desfiles de carrozas temáticas, magistrales batucadas y la imponente belleza de las pasistas. Las comparsas de Gualeguaychú tienen un límite de 250 integrantes como máximo y un tope de cuatro carrozas y cuatro trajes de fantasía.
Todo el despliegue de brillos, sensualidad y música es un gran atractivo turístico, y las diferentes comparsas compiten entre sí para ser elegidas ganadoras por el jurado que evalúa diferentes aspectos de su organización. Los rubros que el jurado evalúa son carrozas (alusividad al tema, proporciones, formas, color, iluminación, construcción y terminación), vestuario (diseño, confección y fidelidad al tema), música y baile (letra, melodía, canto, ejecución, espíritu carnavalesco y expresividad corporal).
Asimismo, algunas comparsas invitan a figuras del espectáculo o modelos de renombre nacional para sumar atractivo a sus realizaciones, y convocar a más visitantes a aquellas costas.
Corsos porteños
Por su parte, el festejo en la Ciudad de Buenos Aires crece año tras año y este verano tendrá más de 100 murgas distribuidas en 37 corsos barriales. Aunque aún está lejos en calidad y refinamiento, el corso porteño sigue en parte la línea de las murgas uruguayas, desfilando con trajes coloridos y al ritmo rioplatense que comandan redoblantes y tambores. Aquí, no faltan niños y jóvenes arrojando agua o espuma.
La fiesta es en la calle, desde las 19 hasta pasada la medianoche, y algunos de los barrios más destacados son San Telmo, La Boca, Villa Urquiza, Flores, Floresta, Villa Luro, Belgrano, Monserrat, Palermo y Chacarita.
Asimismo, los corsos tienen arraigo en todas las ciudades y pueblos de la provincia, con desfiles y juegos con agua y espuma. Entre todas las localidades bonaerenses sobresale 25 de Mayo que tiene una tradición que se remonta al siglo XIX. Este año las comparsas Así-Así, Burucuyá, Davemar y Mirú-Mirá desplegarán su atractivo en la pasarela de 400 metros del Corsódromo local.
La ciudad de Lincoln es otro punto donde se realiza un festejo especial, con una historia que se remonta a 1928, con carrozas artesanales de gran tamaño y un desfile de muñecos «cabezudos» y máscaras. Esta localidad del noroeste es la Capital Nacional del Carnaval Artesanal. La fiesta también es acompañada por comparsas, murgas, batucadas y escuelas de samba, así como por la presencia de artistas de nivel internacional.
Todos invitados, ¡a disfrutar!
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