Aún cuando desde el Gobierno local se aseguró que se cargan entre tres o cuatro camiones de pescados por día, lo cierto es que ayer se observaba una enorme cantidad de especímenes varados en las costas.
Más allá del fuerte olor, la mayor preocupación reside en que constituye un foco infeccioso en el lugar donde concurren familias enteras.
A la vista de todos, ayer, niños disfrutaban del sol en contacto directo con animales muertos. No había personal municipal alertando del peligro ni tampoco recogiendo los cientos de pescados varados.
Como se informó el martes pasado, la alta mortandad se debe a la intensa sequía que afecta la zona, lo que conlleva falta de oxígeno para la fauna ictícola. Se trata mayormente de carpas, bagaritos y algunas viejas de agua.
En general, no se encontraron pejerreyes en la vera de la Laguna. (DIB)
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