(GEI) -Se trata del "Programa Productivo Tecnológico y Social de producción de dispositivos de ayuda para las personas con discapacidad" que, hasta ahora, se desarrolla en 150 establecimientos. El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) brinda asistencia tecnológica y confecciona los manuales para el diseño de los materiales, el cual es entregado a los colegios que quieran participar del proyecto.
En tanto, el Instituto Nacional de Educación Tecnológica del Ministerio de Educación, a través del programa Educación para el Trabajo y la Integración Social (PrETIS), se ocupa del apoyo pedagógico y de entregar los recursos para comprar materiales. Por otra parte, la Comisión Nacional Asesora para la Integración de Personas Discapacitadas (CONADIS) orienta sobre la temática.
"Es un buen trabajo de articulación interinstitucional", manifestó Carlos Caputo, coordinador de PrETIS, ya que, desde este año, "lo tomó el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales de la Presidencia de la Nación y se convirtió en una política pública".
Los protagonistas
Docentes y estudiantes de Córdoba, Chaco y Buenos Aires contaron a Télam cómo fue el proceso de aprendizaje que incluyó capacitación profesional, pero sobre todo, acercarse a una realidad que casi todos desconocían.
"A partir de esta experiencia los chicos ven la vida de otra manera", aporta Julio César Del Pino, supervisor de escuelas técnicas de la capital cordobesa, quien tuvo a cargo el proyecto mientras dirigió el Instituto de Educación Técnica 70 de esa ciudad.
Sillas de ruedas, posturales, bastones, andadores, muletas, barrales son algunos de los dispositivos que se fabrican.
"Nunca se me había ocurrido pensar en las necesidades de las personas con discapacidad", reconoce Jorge Gómez, alumno de la Escuela de Formación Profesional de Villa Ángela, provincia de Chaco.
Todos los involucrados concuerdan en la emoción que les genera hablar con niños en hospitales, con sus padres, con adultos mayores.
"Los chicos se dan cuenta de que, en una escuela técnica, no se trata sólo de doblar caños, sino que sirve concretamente para mejorar la vida de otras personas y la de ellos también", comparte Pablo Castilla, vicedirector de la Escuela Técnica 1 de Carlos Casares, provincia de Buenos Aires.
Cada dispositivo producido por estas escuelas es entregado gratuitamente a las personas que los necesitan, las que son identificadas gracias al contacto que realizan con hospitales, organizaciones sociales, escuelas especiales y centros de jubilados.
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