Santillán, un recolector de residuos aficionado al boxeo, llevaba una vida completamente normal hasta que comenzó a notar que se cansaba más de la cuenta. En un principio fue hacerse chequeos, ya que pensaba que estaba anémico.
Luego de visitar a varios cardiólogos, conoció a la doctora de la obra social de camioneros, Cecilia Cassano, quien pudo acercarse un diagnóstico.
Por padecer hipertensión pulmonar, Santillán no era un candidado inmediato a un trasplante de corazón, porque los órganos de donantes no están preparados para bombear la sangre con presión alta.
Desde la clínica, sólo quedaban dos opciones: un trasplante cardiopulmonar en block o utilizar este dispositivo, de origen alemán, que actúa como una bomba que impulsa la sangre del ventrículo izquierdo a la aorta. Al descender la fuerza con la que el corazón es bombeado, también baja la presión en los pulmones.
"Llevar el aparato es un poco complicado, pero uno se adapta", sostuvo Santillán en declaraciones televisivas, para luego agregar que el aparato "le ayuda a bajar la presión pulmonar". Al llegar a valores normales, se abre una posibilidad de que el hombre sea candidato para recibir un órgano.
"Sólo queda esperar el trasplante", dijo el hombre al salir de realizarse un control en la Fudación Favaloro. Y agregó: "Al principio me sentí mal, pero la sigo luchando".
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