El entrenador le dio un funcionamiento colectivo que no se ató a ningún nombre. Y quedó demostrado con las lesión de Lucas Viatri o los partidos en los que no estuvo Juan Román Riquelme. Hasta Nicolás Blandi no fue de la partida en el último encuentro contra Godoy Cruz. Pero el traje de goleador esta vez se lo calzó Darío Cvitanich para abrir el marcador y que le conviertan la infracción del penal, luego convertido por Schiavi. Justamente el zaguero central es otro de los motivos por el cual el xeneize volvió a ser protagonista y clasificar después de dos años a la Copa Libertadores. Con sus 38 años aportó además de su experiencia seguridad y liderazgo.
Pero el presente de Boca también tiene que ver con lo hecho por los demás contrincantes. Racing perdió el invicto. Venía herido con el Teo-gate y los problemas internos de vestuarios. Belgrano lo aprovechó y desnudó todos sus males. La gente tomó partido por el delantero colombiano e insultó a los demás jugadores. Todo esto generó un clima hostil y de incertidumbre para el futuro. Tanto es así que el presidente Rodolfo Molina puso en duda la continuidad de Simeone para el próximo Simeone.
Por ahora la revelación es Tigre. Antes del torneo parecía condenado sí o sí al descenso. Pero Rodolfo Arruabarrena y sus dirigidos, entre los cuales está Gastón Díaz oriundo de Colón, cosecharon hasta acá 27 unidades que le permiten soñar con al menos llegar a una promoción.
En el lote de más atrás aparece Velez. Apostó todo a la Copa Sudamericana y se quedó con las manos vacías. Todo indica que el ciclo de Ricardo Gareca está cumplido.
Boca se aseguró el primer puesto. Hasta puede salir campeón sin jugar ya que el sábado si Tigre no le gana a San Lorenzo festejará en el hotel donde concentra.
El campeonato fue mediocre. Pero a Boca no le interesó. Ni tampoco fue su culpa. Lo ganará de punta a punta. Y estará bien
|