Chicos de entre 14 y 20 años invaden estos espacios virtuales y emplean cada vez más sus herramientas para moldear sus estilos y personalidades. Es que las nuevas tecnologías, la aceleración de la información y sus modas pasajeras influyen cada vez más en ese momento de la vida.
Ayer nomás
Hace más de treinta años, cuando la televisión recién comenzaba a expandirse y a adquirir un rol preponderante en la realidad social, la información se extendía a menor velocidad y aún Internet no estaba en auge, quienes entraban en la etapa de la adolescencia pulían su personalidad basándose en pilares como las costumbres familiares, barriales, de la escuela y el club.
Eran estos espacios concretos los que determinaban a la persona en el momento de construir una personalidad firme, siendo las únicas realidades que les otorgaban las pautas para formar una identidad sólida.
Lo cierto es que las cosas cambiaron, según apuntan los especialistas en este revuelto siglo XXI la socialización se ve afectada por otras variables que comenzaron a intervenir en la construcción de las identidades.
"Al multiplicarse las redes sociales, el adolescente comienza a incorporar valores, símbolos, formas y modelos de entornos muy distintos al que vive y que muchas veces son contradictorios y hasta opuestos a su realidad", apunta a Inforegion el sociólogo Osvaldo Gagliardo.
Las comunidades virtuales, la digitalización de los contenidos culturales y la mediatización de la información, el apogeo de la Web y las redes sociales, que con un click conectan a cientos de personas sin importar distancias, culturas o costumbres, pudiendo contactarse con decenas de ellas a la vez, compartir fotos, música y ver videos, hablar por celular, mandar SMS y chatear en cualquier lugar, son algunas de las cuestiones que por estos días impactan sobre los adolescentes.
Publicidad y tecnología
En estos tiempos revueltos y convulsionados por la aceleración, las comunicaciones y las tecnologías inmediatas, los adolescentes son presa fácil de modas pasajeras y bombardeos mediáticos que pugnan por entrometerse e influir en el armado de su personalidad.
"Hoy la sociedad está sumergida en el tiempo del capitalismo tardío, caracterizado principalmente por la estimulación al consumo, el individualismo, la sobrevaloración de la imagen y la importancia de la inmediatez. Y es desde esta lógica que 'si se tiene' se puede 'ser' alguien, se 'es' si se tiene, si se poseen objetos, si se puede acceder a la mercancía", apunta el psicólogo y docente de la Universidad de Buenos Aires
(UBA) José Barrionuevo, que es especialista en Adolescencia.
Según él, éstas son las bases que sostienen la identidad del adolescente de hoy, y es la publicidad la que orienta en esa dirección: "Los chicos se encuentran en medio del bombardeo. Buscan tener el último modelo de celular, de cámara fotográfica, que alimentan la rueda del consumo, porque a su edad todo es más fácil de asimilar. Lo absorben todo porque no tienen un filtro, justamente porque su personalidad no está moldeada para decidir".
¿Ser o no Ser?
Así, los especialistas se refieren a una especie de "Identidad Light", según advierten, establecida por la forma de vestirse, de peinarse, de hablar, de la música que escuchan y que está fundamentada, en principio, por lo publicitario y "lo pasajero del éxito que muestran los grandes medios de comunicación y las redes sociales".
"Hoy, la identidad en esta etapa de la vida se sostiene imperiosamente en la publicidad, donde predomina la sensorialidad, la voluptuosidad, el ritmo, puestos en juego en los diferentes estilos musicales o modas y, en la mayoría de los casos, por sobre la importancia del mensaje que traen", asegura Barrionuevo.
Y apuntan que, en casos, estos dilemas son totalmente opuestos a la realidad que viven algunos adolescentes, sólo que en ese momento de la vida resulta más sencillo dejarse atrapar por las redes de información y por aquello que está en apogeo que dar cuenta de lo que realmente gusta, satisface y va con el armado psíquico y mental de cada uno. Así, el estándar (productos para adolescentes, programas, ropa, contenidos, herramientas, aplicaciones, tecnologías) se impone fácilmente entre ellos.
La mano del mercado
"El adolescente se enfrenta al desafío de construir su identidad en medio de una lógica económica, con un medio que le impone que tiene que tener mercancía, poder y fama para 'ser alguien'. En este marco, el sujeto no puede estar seguro y se le complica llegar a esa identidad que se propone", señala Gagliardo.
Así, mientras que antes la realidad que vivían los adolescentes en un tiempo determinado y un espacio concreto eran los pilares que los influenciaban en el momento de decidir quiénes querían ser, hoy se ven sumergidos en un mundo global que los conecta con entornos más amplios y complejos que, en la mayoría de los casos, exceden su propia realidad.
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