Esta vez no contó con ninguna ayuda arbitral. Pero Matias Almeyda es el principal responsable de la caída contra Atlético Tucumán. Se equivocó en la táctica (forma de parar un equipo dentro de un campo de juego) y la estrategia (la manera elegida de competir). Optó seguir con el 4-3-1-2 en vez del 4-4-2 que hasta antes del partido con Gimnasia de Jujuy le había dado resultado. Aguirre estuvo en el banco de suplentes y en consecuencia el "Chori" Domínguez se retrasó unos metros para tratar de abastecer a Andrés Ríos y Cavenaghi. Pero no funcionó y el "Chocho" Llop triunfó en el pizarrón. La clave estuvo en el mediocampo. Cirigliano jugó muy adelantado no cumpliendo la función de un volante central, en este caso el único con la obligación de marcar. Los volantes de Atlético Tucumán le ganaron siempre la espalda. Y River siempre quedó mal parado. Un equipo partido, con grandes distancias entre líneas.
Almeyda apostó por darle la titularidad a Adalberto Román. El defensor volvía después de cinco mese donde había cometido penal en la ida contra Belgrano tras bajar infantilmente la pelota con la mano. Esta vez no hizo ninguno pero si muchos errores. Tanto es así que el técnico no lo bancó y lo suplantó en el entretiempo, según él para "protegerlo como persona y profesional".
Viajará a Puerto Madryn para medirse ante Brown de esa ciudad. El conjunto del sur del país le ganó a Gimnasia de Jujuy en el norte pero está penúltimo en la tabla de posiciones.
Es casi un hecho que volverá Aguirre al once titular, saliendo Andrés Ríos.
River ya no es más puntero. Instituto le sacó tres puntos de diferencia. El capitán del barco aseguró que están dentro de una tormenta. Ahora Almeyda tendrá que demostrar si tiene buena muñeca para saber manejar esta situación. De lo contrario continuará navegando en un mar de dudas, lejos de llegar a buen puerto.
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