Venía de perder por primera vez en la historia contra Venezuela. Y el equipo volvió a jugar mal y nunca supo resolver el planteo inteligente del argentino Gustavo Quinteros.
Achicar los espacios, marca escalonada sobre Lionel Messi y esperar algún contragolpe salvador fueron su estrategia. Y le salió bien.Argentinaequivocó los caminos.
Sin variantes colectivas ni individuales fracasó en el intento. Encima Demichelis falló toda la tarde y sus errores le costó a la albiceleste el gol de Martins.
Sabella y Argentina entraban al infierno. Y encima lo esperaba Colombia en Barranquilla. El técnico metió mano en el once inicial. Afuera Demichelis, Gago, Pastore y Ricky Gómez.
Adentro Federico Fernández, Braña, Sosa y Guiñazu. Argentina no mejoró. El primer tiempo fue muy flojo. Pero lo positivo fue la lectura que realizó Sabella para la segunda mitad.
Cuando todos pensaban en Demichelis en reemplazo de Burdisso (sufrió la rotura de los ligamentos de la rodilla) acertó con Desábato.
Agüero por derecha, Messi más retrasado, Sosa por izquierda. Y Argentina fue otro conjunto. Dio vuelta el resultado con actitud, rebeldía y un rato de fútbol de Lionel Messi. Ojalá que el rosarino alguna vez rinda como lo hace en el Barcelona.
La Argentina pasó de la desprolijidad y la impotencia a la euforia. En cuatro días estuvo entre el cielo y el infierno
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