El Frente para la Victoria tiene todo listo para llevar al recinto el proyecto del Presupuesto 2012. Ayer consiguió un dictamen de mayoría, con 27 firmas sobre un total de 39 legisladores en la comisión respectiva, que conduce Gustavo Marconato (FpV). “Es un gesto político evidente”, señalaron a Página/12 desde la conducción del bloque oficialista. A diferencia de lo ocurrido el año pasado, cuando la oposición logró abroquelarse para frenar la sanción del proyecto, en esta oportunidad quedó a la vista su dispersión. La Coalición Cívica presentó su propio Presupuesto (obtuvo cuatro firmas), mientras que la UCR y el GEN rechazaron la iniciativa oficial y el PRO acompañó al oficialismo pero con disidencia parcial, al igual que algunos peronistas “disidentes”.
Desde el FpV indicaron a este diario que cuentan con el quórum garantizado (ninguna fuerza política se opondría) para una posible sesión en el recinto para tratar el Presupuesto, y un núcleo duro de 120 votos para avanzar en la votación en general. Las dudas surgen para el análisis en particular de los artículos de la iniciativa. Por eso todavía no quedó definido si lo tratarán antes o después del recambio legislativo del 10 de diciembre.
“Hoy estamos dando el primer paso para que entre todos podamos girarle al Ejecutivo un presupuesto”, sostuvo Marconato al comienzo de la reunión de comisión. Antes había dejado en claro que no se realizaría ninguna modificación a los supuestos macroeconómicos –como un crecimiento del PBI del 5,1 por ciento y una inflación de 9,2 por ciento–. Pero sí anunció que se incorporarán algunos artículos relacionados con el financiamiento de las universidades.
A diferencia del año pasado, el FpV tiene la certeza de que conseguirá aprobar la ley que prevé recursos y gastos para 2012. Podrá hacerlo con la actual composición de la Cámara baja, o después del 10 de diciembre, cuando se impongan las nuevas mayorías. La dispersión de dictámenes y posturas dentro de la oposición podría ser una buena señal para el oficialismo.
“Hay muchos legisladores que se van. Entonces, hay que ver cuántos quieren irse como opositores y cuántos aparecer cercanos al oficialismo”, habían señalado a este diario desde el FpV. Detrás de esas palabras podría leerse una de las claves de la negociación que encaró Agustín Rossi, jefe de la bancada kirchnerista, con los distintos bloques.
“Yo soy un diputado que se va. Por eso prefiero la celeridad del trámite antes que no participar de la votación... Voy a explicar por qué no voy a acompañar ningún dictamen de minoría y sí la iniciativa del oficialismo. Hay que tomar nota del error del año pasado y habilitar el tratamiento, aunque tenga cosas para remarcar”, afirmó ayer el diputado del peronismo federal Marcelo López Arias.
Más allá de la certeza que tenía el oficialismo de conseguir el dictamen, no faltó el momento para que se criticara con dureza la actitud de la oposición. Ese fue el rol que ocupó ayer la mendocina Patricia Fadel, quien también deja la Cámara luego de ocho años consecutivos.
“Todos los años la misma película. La oposición discute nuestras previsiones de crecimiento y dice que subestimamos recursos. Sería importante ver en ellos una propuesta alternativa. El final de la película también siempre es el mismo. Ellos nos critican pero no- sotros seguimos creciendo. Tendrían que recapacitar. La ciudadanía se los dijo (con los resultados de las elecciones)”, argumentó Fadel.
Al cierre de esta edición, desde el FpV contabilizaban 120 votos seguros para la aprobación en general y particular. El recuento fino está en el análisis artículo por artículo. Quien ya adelantó que votará todo en contra fue la Coalición Cívica, que presentó su propio dictamen, con sus variables macroeconómicas, asignación del gasto y planillas anexas. Después, la UCR y el GEN rechazaron el dictamen de mayoría y, en particular, una serie de puntos, como el tema de los subsidios, el financiamiento y la inflación.
La victoria política del oficialismo fue conseguir el dictamen. Ahora puede manejar los tiempos para su tratamiento en el recinto. Otra señal de los tiempos que corren la dieron los jefes de bloque del oficialismo y el radicalismo en el Senado. Tanto Miguel Angel Pichetto (FpV) como Gerardo Morales (UCR) habrían acordado que si el Presupuesto es aprobado en la Cámara baja la semana próxima, el Senado lo trataría en la sesión del 30 de noviembre, antes del cierre de las sesiones ordinarias.
Por otro lado, el resto de las leyes económicas, como la prórroga de la Emergencia Económica, el impuesto al Cheque y Cigarrillos, quedarían para la nueva composición de la Cámara. En estos temas, la oposición sí aparece más unificada para rechazarlas.
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