La historia comenzó, tras la masiva campaña de recolección de llaves que hizo realidad el primer monumento de bronce a Ernesto "Che" Guevara inaugurado el 14 de junio de 2008 en Rosario. Entonces, Osvaldo Bayer planteó un desafío mayor en términos cuantitativos, bajo la misma estructura organizativa y apelando a la colaboración de personas de todo el país.
El proyecto
Se trata de un "Monumento a los Pueblos Originarios", simbolizados en la figura de una mujer de 10 metros y varias toneladas de bronce solidario. La resistencia indígena y su renacer en todas las naciones hermanas estarán reflejados en esta figura ligada a la Pachamama.
Una vez construida la escultura en la cual participarán más de 45 mil personas, los impulsores se la obsequiarán al gobierno de la Cuidad de Buenos Aires con la condición que se saque y reubique el monumento al general Roca que está a 100 metros de la Plaza de Mayo. Sin embargo, el trabajo más importante es la visibilización de la temática.
Todos somos
"El 61% de la argentina tiene un vínculo genético con los pueblos originarios. Eso significa que 6 de cada 10 personas justificamos esta morochez con la familiaridad sanguínea con los pueblos originarios", describe en diálogo con Wak el artista plástico Zerneri.
"Los pueblos originarios son personas de nuestra raza que están acá desde hace 15 mil años. Poblaciones que tienen su religión, su filosofía, medicina, cultura". Aquí se hablan 14 lenguas y cohabitan entre 26 y 30 naciones de pueblos originarios que fueron desplazados, masacrados e invisibilizados.
Es por ello que el monumento se presenta como una excusa para poder hablar de todo este tránsito de información, que hace que nos podamos reconocer un poco más. "Que nos ayuda a aceptar que no somos una sucursal de Europa, somos Latinoamericanos y debemos ir despertando a eso" enfatiza el futuro autor de la obra.
Instalándose
"Cuando empezó el proyecto en 2009 pensé que para 2010 íbamos a tener todo el bronce, que iba a ser más rápido que cuando hicimos el del Che, que la gente iba a confiar. Pero después me di cuenta que hay que explicarlo de otra manera y apelar a esa toma de conciencia", apunta el escultor.
Es por ello que recurren a intervenciones artísticas, como cuando invitaron a actores y bailarines a pintarse el cuerpo con barro y cortar una calle, para hacer que se acerquen los grandes medios. O cuando el propio Zerneri se instaló en Corrientes y Florida al lado de un tacho de 200 litros vacío con un cartel que decía "De acá no me nuevo hasta que no se llene". Y así estuvo 144 horas, es decir 6 días.
Un trabajo que se presenta como a-partidario, pero con una importante tendencia política donde arte, comunicación y solidaridad son las banderas desde donde poder decir lo que se piensa.
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