Se trata de un ambicioso plan que apunta a maximizar la integración de producción nacional, que hoy promedia menos del 30% en las terminales instaladas en la Argentina, y a crear un millar de empleos directos y más de 3.000 indirectos.
El objetivo será fabricar un auto económico, cuyo costo hoy se prevé cercano a los $ 40.000, de uso mayoritariamente urbano y con proyecciones a futuro hasta de elaborar un motor eléctrico para el vehículo.
El proyecto fue ideado por el arquitecto Miguel Ángel Bravo, presidente de la compañía de motores que lleva su nombre, y fue llevado a Casa de Gobierno por el diputado nacional Carlos Kunkel. Luego, se sumó el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, quien se encargará de encontrarle un espacio a la futura planta fabril.
Las propuestas circulaban ya desde 2009, pero tomaron nuevo impulso este año. Los modelos creados por Bravo están expuestos en la muestra Tecnópolis.
Para encontrar el antecedente más cercanos hay que remontarse a 1953, cuando el entonces presidente Juan Perón arrancó con la fabricación de un vehículo denominado "El Justicialista", que llegaría acompañado por otros modelos, como el mítico "Rastrojero".
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