Contra Instituto hubo 60 mil personas, récord para la divisional. La gente no gana los partidos pero ayuda al equipo de Almeyda a tener confianza. Todo lo contrario de aquel River de Juan José López que perdía en cualquier cancha y ante cualquier rival. Aquel conjunto que lo convencieron de que podía descender y descendió. Hoy casi a cuatro meses todo cambio. Está puntero e invicto. Y todos los rivales lo respetan y quedó demostrado el sábado con su escolta. No lo superó en lo futbolístico y mostró temor respecto a otros partidos.
Este River de Almeyda fue superado pocas veces. Es el más goleador y uno de los que menos tantos recibió. Encontró en el mediocampo la llave para abrir las defensas contrarias. Y tiene delanteros que marcan la diferencia a pesar de que Funes Mori y el "Chori" Domínguez se perdieron por lesiones los últimos partidos.
Todavía queda más de la mitad del recorrido. Pero sin dudas este River post descenso volvió a despertar interés en el hincha. Sus rivales lo respetan. Su imagen cambió. La obligación de Almeyda, jugadores y dirigentes es que perdure y no sea efímera
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