- “No les compran con la plata de la AUH lo que necesitan para la escuela. Ellos están acostumbrados a pedir. No tienen alma de pensar y la gastan en cualquier cosa” (una directora de escuela del Chaco).
- “La primera vez que fui a cobrar, mi hija, la más grande, decía: ‘¡Somos ricos, mamá, somos ricos’. Claro, eran cuatrocientos treinta pesos y ella veía esos billetes grandes... estaba chocha. Cobré el 23 de diciembre, no teníamos nada para pasar la Navidad, no tenía para comprarles un regalo para la Navidad (...). Bueno, a base de ahí yo estuve feliz porque pudimos tener una linda Navidad, un Año Nuevo; le pude comprar sus regalos, no caros, pero fueron sus regalos. Y sí, nos cambió, me cambió mucho a mí la vida” (una madre, cordobesa).
- “Los chicos han perdido la cultura del esfuerzo. Más allá de la asignación, tiene que ver con una realidad social, de dos a tres generaciones que han perdido el trabajo” (docente de Melchor Romero).
- Diálogo entre Tamara, de seis años, y su mamá Blanca, a la salida del cajero automático, en el conurbano bonaerense. Recogido por estudiantes de periodismo de la Universidad de La Plata:
–Ma, ¿quién te paga todo esto?
–Cristina, hija; ella nos ayuda.
–¿Y por qué, si vos trabajás?
–Nos ayuda para que vos puedas ir a la escuela. Además, con la changa de la ropa no alcanza.
–Entonces me paga a mí; si es para que vaya a la escuela, es mi plata.
–Es una ayuda que nos da a todos, porque a mí me falta trabajo seguro y vos tenés que ir todos los días a la escuela.
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